01.- Lámpara debajo de un almud por Omar Guerrero
Mateo 5:14-16
14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Marcos 4:21-22
21 También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? 22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.
Lucas 8:16-17
16 Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz. 17 Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz.
Lucas 11:33-36
33 Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz. 34 La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. 35 Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas. 36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.
01 Lámpara debajo de un almud. (Mateo 5:14-16, Marcos 4:21-22, Lucas 8:16-17; 33-36)
Las lámparas eran pequeñas, eran lámparas de arcilla que funcionaban con aceite de oliva y una pequeña mecha, seguramente la luz que daban era muy poca en las casas típicas de palestina, como cuando encendemos una vela en una noche oscura y sin luz eléctrica, por eso había que colocarla encima de un soporte al cual alude Mateo 5:15, un candelero, para que pudiera alumbrar más desde lo alto. Un candelero era por lo general un objeto muy sencillo, una repisa fijada en la columna del centro de la habitación, la columna que sostenía la gran viga transversal del techo plano, o simplemente una piedra sobresaliente de la parte interior de la pared, o un trozo de metal colocado visiblemente para ese fin[1].
Ahora bien, como casi todas las figuras de dicción y palabras utilizadas en la Biblia, deben ser estudiadas dentro del contexto donde se encuentran, en Mateo el contexto es el sermón del monte, hay una serie de bienaventuranzas para una serie de virtudes que muestran los seguidores de Cristo, y Mateo prácticamente explica la parábola en ese contexto, “Vosotros sois la luz del mundo”[2] , y en este contexto la luz es el carácter virtuoso de las personas que le siguen, las cuales reflejan todas las virtudes que acaba de mencionar en las bienaventuranzas, porque cuando pronuncia las bienaventuranzas no se está refiriendo a varios tipos de personas, son virtudes espirituales y morales que deben manifestarse en su seguidores, no separadamente sino en conjunto, “Así que, por sus frutos los conoceréis.”[3], un carácter así es imposible esconderlo, la comparación es irónica, son cosas que no pueden ser. Son figuras impactantes para sus oyentes, como una marca indeleble en sus memorias, todos saben que “una ciudad asentada en un monte no se puede esconder”[4], esa ciudad es Jerusalén, todos conocían esa ciudad, los viajeros podían ver la ciudad y el templo desde lejos[5], y por las noches sus antorchas la hacen visible desde los campos a su alrededor. Así es imposible ocultar las virtudes cristianas, es como una luz que alumbra, es como una ciudad sobre una montaña. Lo lamentable es que muchas veces nos parecemos mas a los fariseos que a Cristo, él es luz, y si nosotros somos luz hoy, es solo porque reflejamos la luz que él nos ha transmitido, así como la luna refleja la luz del sol, así debemos reflejar la luz de Jesús. Cualquiera que quiera ser luz del mundo debe comenzar por conocer a Jesús. Dejemos la religiosidad y seamos auténticos cristianos, mas humanos en el buen sentido, en el sentido del amor mutuo “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”[6] La religiosidad nos deshumaniza y el legalismo puede ser una trampa diabólica, nos hacemos realmente cristianos y espirituales en la medida que cultivemos las virtudes teologales y morales junto con el fruto del Espíritu Santo, y en la medida en que desbordemos esas virtudes en amor al prójimo. Solo es espiritual lo que proviene del Espíritu Santo. “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo.”[7]
En Marcos se relata la misma parábola, pero en un contexto distinto, por lo que cambia la enseñanza y el significado. “¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un almud o debajo de la cama?, es un pregunta retorica y la respuesta es “no”. ¿No es para ponerla en el candelero? “ la respuesta evidentemente es “si”. El Almud era una medida romana[8], la palabra griega es “modios” (μόδιον), aparece tres veces en el NT y se refiere a una medida de áridos, que tenía una capacidad de alrededor de nueve litros[9], pudiéramos decir que era un cajón. La palabra cama (κλίνην), puede traducirse: lecho, camilla o catre, es el lecho para los que descansan, para los que están enfermos o también para los que se reclinan a la mesa para comer, es también la camilla para transportar enfermos[10]. Normalmente las casas de la gente humilde era de una sola habitación, que muchas veces era un anexo de la casa paterna, la cama seria una especie de colchoneta que cuando no se usara se enrollaba[11], colocar una lámpara debajo sería absurdo. ¡Una lámpara encendida debe estar en el candelero!
Estaban junto al mar de Galilea, Jesús les enseñaba y les dijo la parábola del sembrador, luego estando a solas con un grupo privilegiado de discípulos, les explica la parábola y entre las cosas que les explica dice que la semilla es la palabra y los terrenos son las personas que hoyen. Seguidamente les dice la parábola de la luz debajo del almud. Aquí Jesús Juega con el significado de la palabra luz, en este pasaje de Marcos[12] en el verso 21 la luz es el mensaje del evangelio y las enseñanzas del Señor. Es una exhortación a testificar, las verdades que hemos recibido no son para ocultarlas, así como es absurdo encender una luz y colocarla debajo de un cajón o debajo de la cama, así es absurdo que un cristiano oculte su fe y no la comparta.
Para el verso 22 continuaremos guiándonos por la explicación de la parábola del sembrador, podemos entender que la luz sigue siendo la palabra y análogamente la semilla que revelara lo oculto y escondido en cada terreno, o bien los motivos que llevo a cada quien a recibir o rechazara la palabra de Dios. “Si alguno tiene oídos para oír, oiga.”[13], No es solamente oír la palabra de Dios, sino, que responder apropiadamente es absolutamente necesario, para alcanzar la salvación y prosperar espiritualmente.
En el Lucas 8:16 al 17, la parábola fue dicha en el mismo contexto que en Marcos, pero en Lucas 11:33-36, el contexto es totalmente distinto y el significado de la parábola tiene un giro dramático. Por el contexto podemos entender que está dirigida a los fariseos, porque antes y después la trama se desarrolla en el contexto farisaico.
La luz encendida es en este caso, la palabra de Dios escrita, a saber: Las escrituras del antiguo testamento. El almud adquiere una relevancia hasta ahora desconocida, a saber: el conjunto de tradiciones religiosas inventadas por los rabís y las acciones hipócritas que los caracterizaban, todo eso esta simbolizado en el almud. Si colocas una lámpara debajo de un almud, probablemente se apague, eso era lo que estaban logrando los fariseos con su espesa nube de tradiciones, y le impedían a la gran mayoría de la gente que vieran la luz, luz que ahora el Señor Jesucristo estaba revelando, de ahí que “nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz”[14].
Lo oculto y lo escondido involucra tanto la verdad de Dios, como las miserias o bondades del corazón de ellos.
“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas[15].” El énfasis de la exhortación ya no es oír, ahora es mirar, ¿por qué?, porque se dirige a los rabís fariseos. El pueblo oía la palabra pero los fariseos eran prácticamente los únicos que podía verla, leerla, estudiarla. El problema estaba en la forma como ellos abordaban el texto sagrado, interpretaban mal las escrituras, a eso se refiere el ojo maligno[16], como también dice el apóstol Pedro al referirse a los que interpretan mal las escrituras y las tuercen para su propia perdición[17]. Si el ojo fuera bueno interpretando bien las escrituras, también todo su cuerpo estaría lleno de luz, es decir de buenas obras y de buenas intenciones, en la voluntad divina. La Luz son las obras buenas y los buenos motivos, las tinieblas son las malas obras y los malos deseos del corazón, pero también una lectura de la biblia mal entendida son tinieblas.
Fíjese que lo malo no era lo que estaban viendo, lo que tenían ante sus ojos era bueno, era la palabra de Dios, pero el ojo era malo porque interpretaban mal las escrituras, por eso la luz que hay en los fariseos es tinieblas, toda su apariencia religiosa, parecía luz y piedad divina pero era tinieblas en realidad, por eso el Señor les dice “Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas”. La advertencia Igualmente puede ser para nosotros hoy: “Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.”
Conclusion
Elementos de la parábola en el evangelio de Mateo:
La lámpara sobre el candelero:
Se refiere al carácter virtuoso de las personas que siguen a Jesus, estas personas son como una luz que alumbra a los que están en casa. Son personas útiles que pueden ayudar a otros
La ciudad asentada sobre un monte y el almud:
Es un complemente de la parábola para mostrar que es imposible que un seguidor de Cristo pase desapercibido, sería como esconder una ciudad sobre una montaña o tan absurdo como encender una lámpara para alumbrar la casa y colocarla debajo de un cajón en lugar de en el candelero.
Alumbra a todos los que están en casa:
Este tipo de Gente influye de manera positiva en las vidas de otras personas y las llevan a la luz.
Elementos de la parábola en el evangelio de Marcos:
La Luz:
La luz es el mensaje del evangelio y las enseñanzas del Señor.
El almud y la cama:
Complemente para colocar de relieve lo absurdo que puede ser el hecho de que un cristiano oculte su fe.
Lo oculto y escondido:
Se refiere a los motivos que llevan a cada persona a recibir o rechazar la palabra de Dios, se llega a esta conclusión por el contexto inmediato de la parábola del sembrador.
Elementos de la parábola en el evangelio de Lucas 8:16-17.
Los mismos que en el evangelio de marcos ya que es el mismo contexto.
Elementos en el evangelio de Lucas 11:33-36.
La luz encendida:
La palabra de Dios escrita, a saber: Las escrituras del antiguo testamento.
El almud:
Se refiere al conjunto de tradiciones religiosas inventadas por los rabís fariseos.
La lámpara del cuerpo es el ojo:
Se habla del ojo bueno y el ojo malo, el ojo bueno es el que interpreta correctamente las escrituras y el ojo malo el que las interpreta mas y en ello se condena a sí mismo.
Bibliografía
C.H. DoDD, Las Parabolas del Reino,Ediciones Cristiandad, Madrid 1974., página 137.
Joachim Jeremias, Las parábolas de Jesús, Editiroal Verbo Divino, Navarra – España, 1992. Pág.112, 149.
John W. Sider, Interpretar las Parabolas, Guia hermenéutica de susignifcado, San Pablo 1997. Pág.50-51, 88.
Craig S Keener, Comentario del contexto cultural de la Biblia, Editorial Mundo Hispano, El Paso, Texas 2003. Pág. 50, 140, 207, 217
Horst Balz, Gerhard Achneider, Diccionario Exegetico del Nuevo Testamento, Ediciones Sigueme, Salamanca 1996. Pág. 2351.
William Herndriksen, El evangelio Según San Marcos, Libros desafío 1998. Pág. 167.
Flavio Josefo, Las Guerras de los judíos, tomo II, Libros Clie, Terrassa, Barcelona, 1990. Pág.150.
[1] William Herndriksen, El evangelio Según San Marcos, Libros desafío 1998. Pág. 167
[2] Mateo 5:14a
[3] Mateo 7:20.
[4] Mateo 5:14b.
[5] Flavio Josefo, Las Guerras de los Judíos, tomo II, Libros Clie, Terrassa, Barcelona, 1990. Pág.150
[6] Juan 13:35
[7] Mateo 5:16.
[8] Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, CLIE 1985.
[9] W.E. Vine, Diccionario expositivo de palabras del antiguo y del nuevo testamento exhaustivo, Editorial Caribe, Inc. 1999.
[10] Horst Balz, Gerhard Achneider, Diccionario Exegetico del Nuevo Testamento, Ediciones Sigueme, Salamanca 1996. Pág. 2351
[11] William Herndriksen, El evangelio Según San Marcos, Libros desafío 1998. Pág. 167.
[12] Marcos 4:21-22.
[13] Marcos 4:23
[14] Lucas 8:17
[15] Lucas 11:34-35
[16] Lucas 11:34
[17] 2 Pedro 3:16
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