Pastora Caroline Ramos
PARTE 1
1 Crónicas 16 Reina Valera Contemporánea (RVC)
16 Así fue como el arca de Dios fue transportada y puesta en medio de la tienda que David había mandado levantar para ella. Y se ofrecieron delante de Dios holocaustos y sacrificios de paz, 2 y cuando David acabó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de paz, bendijo al pueblo en el nombre del Señor 3 y repartió entre todos y cada uno de los israelitas, hombres y mujeres, una torta de pan, un trozo de carne y una torta de pasas.
4 Delante del arca del Señor David puso algunos levitas, para que ministraran, e invocaran, confesaran y alabaran al Señor, Dios de Israel. 5 En primer lugar puso a Asaf, seguido de Zacarías, Yeguiel, Semiramot, Yejiel, Matatías, Eliab, Benaías, Obed Edom y Yeguiel, todos ellos con sus salterios y arpas, pero Asaf tocaba los címbalos. 6 También los sacerdotes Benaías y Jahaziel tocaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios.
Salmo de acción de gracias
7 Ese día, David puso por primera vez a Asaf y sus parientes a cargo de las alabanzas al Señor. Y cantaron:
8 ¡Alaben al Señor, invoquen su nombre!
¡Que los pueblos reconozcan sus obras!
9 ¡Canten, sí, cántenle salmos!
¡Proclamen todas sus maravillas!
10 ¡Regocíjense en su santo nombre!
¡Alégrense de corazón los que buscan al Señor!
11 ¡Busquen el poder del Señor!
¡Busquen siempre a Dios!
12 ¡Recuerden sus grandes maravillas,
sus hechos prodigiosos y sus sabias sentencias!
13 Ustedes son los descendientes de Abrahán;
ustedes son los hijos de Jacob, sus escogidos.
14 El Señor es nuestro Dios;
en toda la tierra prevalecen sus juicios.
15 Nunca se olvida de su pacto,
de la palabra que dictó para mil generaciones.
16 Fue un acuerdo que hizo con Abrahán,
y que lo confirmó con Isaac.
17 Con Jacob lo estableció como decreto;
con Israel lo hizo un pacto duradero
18 cuando dijo: «Te daré la tierra de Canaán
como la herencia que te corresponde.»
19 Ellos no eran numerosos;
eran unos simples forasteros.
20 Andaban de nación en nación,
y de un reino a otro reino;
21 pero Dios no dejó que lo agraviaran,
sino que por ellos castigó a los reyes
22 y dijo: « ¡No toquen a mis ungidos!
¡No les hagan daño a mis profetas!»
23 ¡Canten al Señor todos en la tierra!
¡Anuncien su salvación todos los días!
24 ¡Canten entre los pueblos su gloria!
¡Anuncien entre los pueblos sus maravillas!
25 El Señor es grande, y digno de alabanza;
¡es temible, más que todos los dioses!
26 Todos los dioses de los pueblos son ídolos,
pero el Señor es quien creó los cielos.
27 En su presencia hay alabanza y magnificencia;
en su santuario hay poder y gloria.
28 Ustedes, familias de los pueblos,
¡tributen al Señor la gloria y el poder!
29 ¡Tributen al Señor la honra que merece su nombre!
¡Traigan sus ofrendas, y vengan a su presencia!
¡Adoren al Señor en la hermosura de la santidad!
30 ¡Tiemblen ante él todos en la tierra!
El Señor afirmó el mundo, y no será conmovido.
31 ¡Que se alegren los cielos y se regocije la tierra!
Digan entre las naciones: « ¡El Señor es rey!»
32 ¡Que brame el mar y todo lo que contiene!
¡Que se alegre el campo y todo lo que hay en él!
33 ¡Que todos los árboles del bosque rebosen de gozo
delante del Señor, que viene a juzgar la tierra!
34 ¡Aclamen al Señor, porque él es bueno;
porque su misericordia es eterna.
35 Digan: «¡Sálvanos, Dios de nuestra salvación!
¡Vuelve a reunirnos, y líbranos de las naciones!
¡Así alabaremos tu santo nombre
y nos alegraremos con tus alabanzas!»
36 ¡Bendito sea el Señor y Dios de Israel,
desde la eternidad y hasta la eternidad!
Y todo el pueblo dijo «Amén», y alabó al Señor.
Los levitas encargados del arca
37 David dejó a Asaf y a sus parientes delante del arca del pacto del Señor, para que ministraran todo el tiempo delante del arca, cada cosa en su día. 38 Al cuidado del arca puso a Obed Edom y a sus sesenta y ocho parientes, y también a Obed Edom hijo de Jedutún y a Josá. 39 Al sacerdote Sadoc y a sus parientes los sacerdotes los puso delante del tabernáculo del Señor, en el lugar alto que estaba en Gabaón, 40 para que todos los días, a mañana y tarde, ofrecieran sacrificios y holocaustos al Señor en el altar del holocausto, conforme a todo lo que está escrito en la ley que el Señor prescribió a Israel. 41 Con ellos puso a Hemán y Jedutún y a los otros escogidos por nombre, para que glorificaran al Señor, cuya misericordia es eterna. 42 Para alabar a Dios, Hemán y Jedutún tocaban las trompetas y los címbalos y otros instrumentos musicales. Los hijos de Jedutún vigilaban la entrada.
43 Después de esto, todo el pueblo se fue a su casa, y también David se fue a bendecir su propia casa.
Este capítulo en el libro de las Crónicas de los Reyes de Israel demuestra la importancia de la música en la casa de Dios. La preparación y como escogieron a los músicos, cantores y los que iban a servir para que la Gloria de Dios fuera manifiesta en el pueblo. Todo lo que David hizo y preparo para que el arca regresara a Israel, declarando la presencia de Dios nuevamente en medio de los mismos. Así mismo nosotros como pueblo de Dios, debemos estar preparados y tener mucho cuidado a quien escogemos para la alabanza y adoración en medio de la congregación del Senor. Dios es un Dios celoso y no comparte su Gloria con ningún ser humano. Veamos a continuación que nos ensena la palabra del Señor acerca de la música.
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Bibliografía
Boschman, Lamar. El Renacimiento de la Música. Shippensburg, Pennsylvania: Casa publicadora Destiny Image. 1988.
Boschman, Lamar. A Heart of Worship. Lake Mary, Florida. Creation House. 1994.
Dickason, Fred C. Los Angeles escogidos y malignos. Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz: 1995.
MacArthur, John. La Biblia de Estudio MacArthur. Grand Rapids, Michigan. Editorial Portavoz: 2004 (RV1960)