Analisis del libro
Jenny Hurtado
La soberbia nos impide entregarle la vida y los sueños a Dios, ya que constantemente estamos en un campo de batalla espiritual. Hay un choque entre la ciencia y lo espiritual, se contradicen. La técnica es el instinto natural humano, lo profundo del corazón donde se guardan las cosas; son los métodos científicos y humanos utilizados que facilitan la sanidad de las personas, esta abarca lo físico, la ciencia, la salud. El esfuerzo humano es un trabajo donde cada pieza se junta pero el resultado es siempre incompleto donde los problemas no se solucionan pero se extienden resultando en otros nuevos.
Por otro lado el espíritu trabaja perfectamente y apacigua por completo el alma. La fe consiste precisamente en creer osadamente, muchos pudieran llamarle sosegadamente y esto implica con el alma entera; pero es necesario profundizar el súper-ego del hombre para poder poner a trabajar la fe, ya que este puede hundir los más elevados sueños del hombre a pesar de los más sinceros esfuerzos de la conciencia.
Cuando una persona tiene una victoria espiritual es semejante a la victoria que obtiene un político, es aclamado aún por sus enemigos y aparentemente se unen a su victoria y se ocultan para volver a atacar cuando haya una oportunidad. Por esta causa debemos aprender a desenmascararlos a través de un largo trabajo técnico. En la biblia podemos ver ocasiones cuando ocurren acontecimientos sobrenaturales y otras veces cuando no ocurre nada. Realmente la fe demanda una dimensión fuera de la normalmente humana. Es el caso del profeta Elías cuya fe excede provocando el fuego del cielo que aniquila ochocientos cincuenta profetas paganos pero después esta misma no alcanza a comprender su miserable estado mental cuando trataba de huir de la cruel Jezabel.
El libro sugiere que la técnica y la fe van tomadas de la mano y se complementan. La causa es que las personas tienen que ser honestas es sus confesiones del alma para poder ser verdaderamente sanadas y a la vez crear un clima donde la fe actúa. Mucha gente se encierra sosegadamente a esperar en la religión como prueba de su obstinada fe y no permiten que los tratamientos técnicos les ayuden; esto por razón de traumas de la niñez o por enfermedades congénitas. El ejemplo que el escritor presenta explica que en el caso de la angustia, la técnica explora maneras de ayudar con respecto a acontecimientos del pasado que generan culpa; la técnica medicinal remedia las manifestaciones de la misma en el cuerpo y la fe ayuda a sustentar la certidumbre plena y confianza en Dios con respecto al porvenir. Se requiere una mente dispuesta para aceptar que la técnica puede ser aliada de la fe; por mucho tiempo ha habido conflicto entre los cristianos y la aceptación de las técnicas psicológicas. Para muchos no es aceptable pensar que la fe necesita refuerzos para que un alma alcance su sanidad. En mi opinión, creo que los cristianos hemos sido escépticos al respecto y de pronto por la enseñanza recibida sobre el temor a Dios, la supremacía de Él, o en nombre de la fe, se puede llegar a pensar en restar importancia a lo humano, sería como retar a Dios. Esto necesita manejarse cuidadosamente, ya que se puede incurrir en exaltar a una y menospreciar la otra. En cierta ocasión conocí una persona que muy joven perdió a su esposo por causa de un accidente, su dolor obviamente fue muy grande y la incertidumbre de continuar la vida junto a sus dos pequeños hijos. La depresión, enojo y algunos otros problemas psicológicos empezaron a crecer al punto que su razonamiento estaba en cierta forma afectado como consecuencia de esta crisis emocional. Su estado encontró mejoría en la técnica de la psicología, que por el lapso de meses de terapias intensas pudieron ayudarle a salir de la etapa de duelo profundo que llevaba; de igual manera, esta sanidad mental fue como una puerta que le llevo a abrir el corazón a Dios con respecto a situaciones de su vida que se habían arraigado. Esta persona no solamente encontró la dirección y salida pero también en lo espiritual, una aclaración y profundidad para servir a Dios. Definitivamente es importante tener cuidado para no pasar por alto lo divino y entrar a una posición de incredulidad hacia el poder sobrenatural restaurador.
Psicoanálisis y Cura de Almas:
El escritor explica que los comportamientos de las personas son en cierta manera sustentados por las experiencias vividas desde la niñez. En cierta manera es real que nuestra mente asocia lo divino con las cosas relativas humanas; por ejemplo, nuestra idea de Dios como padre es asociada con la imagen del padre terrenal. Transferimos los conceptos humanos a los divinos y muchas veces esto nos cuesta trabajo entender. Por esta causa en la vida cristiana pasamos desilusiones por razón de tratar entender y asociar el evangelio con una mente humana. Un Dios abstracto es difícil de entender.
En la cura de las almas, el escritor propone dos maneras y las explica de la siguiente manera
La cura técnica: es una especie de métodos usados con el fin de lograr un estado concreto, estos pueden ser varios.
Por otra parte la fuerza espiritual que consiste en una fuerza profunda hasta alcanzar el objetivo.
Existen casos en que los complejos masivos requieren de la técnica para encontrar la raíz psicológica del problema y a su vez, dar paso a la fe para que esta actúe y sane lo espiritual. El ser humano es psicológico y emocional, esto es parte de la naturaleza nuestra; cuando nosotros aceptamos esto nos ayuda a no caer en la trampa de dudar sobre la sanidad total del alma. Un escritor llamado San Francisco de Sales escribió al respecto y lo llamo “….Vuestras tentaciones contra la fe han vuelto…….no temáis tales tentaciones” (pag.26)
Muchas personas entran en un vértigo del alma por no saber tener un balance del psicoanálisis y la fe, por esto vemos cristianos con la dificultad de entregar todas sus cargas y problemas a Dios pero Cristo reina también sobre el inconsciente y es poderoso de guiarnos aun “más allá de la misma muerte”. Por mucho que tiremos la balanza para un lado más que el otro no podemos vivir una vida reposada, la misma palabra de Dios nos habla al respecto recordándonos “No hay, justo, ni aun uno”.
El escritor sustenta el punto de que la técnica y la fe deben trabajar juntas y añade que el ausentar la una de la otra pudiera resultar en soluciones desfavorables. Personalmente, opino que existen situaciones sobrenaturales que no se pueden generalizar, pues el poder de Dios si es sobrenatural y no podemos pasarlo por alto.
Otra manera de dar solución a las situaciones de las personas es una comprensión de los temperamentos, ya que el escritor los menciona usando el ejemplo de dos posturas:
- La sencillez-un fuerte dinamismo, actos para la acción
- La complejidad-tendencia a un análisis profundo de las cosas
Quienes logran integrar ambas posturas han logrado un estado ideal, que por cierto puede ser alcanzado solamente por medio de una fe cristiana sólida y profunda.
El escritor concluye esta sección con la idea que las personas no logran alcanzar una sanidad total de sus corazones, ya que en lo profundo todavía guardan resentimientos y transfieren situaciones vividas en la niñez que no han logrado identificar ya sea por negación o porque simplemente se acostumbraron a vivir con ellas.
Los Dos aspectos del Hombre:
El hombre es identificado por dos aspectos que rigen su vida y el escritor lo define de la siguiente manera:
- Espiritual
- Moral
Tournier da el ejemplo de una fotografía estereoscópica que requiere el análisis de las dos parte; de igual manera sugiere que el ser humano no puede ser analizado de un solo aspecto. Ambos se complementan y definen a la persona. Sin embargo, creo que puede ser posible llegar a alcanzar un nivel espiritual correcto cuando lo natural es puesto en orden. La biblia nos ensena de que “en Cristo somos nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron”, siempre y cuando dejemos a un lado “la vieja manera de vivir, las costumbres de las que está viciado el cuerpo”.
La iglesia y la fe han entendido que el ser humano carga problemas consigo, tiene emociones y estas necesitan ser tratadas. En conjunto con la fe, puede ser posible una sanidad completa y una restauración de la persona para su función normal. Lo difícil para la ciencia es poder aceptar que Dios tiene que ver con la restauración del hombre, sin embargo, no cabe duda que la fe y la técnica debidamente aplicadas trabajan en armonía.
Los complejos de las personas desde la niñez donde la manera de crianza y las formas de aprendizaje son un peso que forman los conceptos que más tarde en la vida se tienen que definir como lo es la fe y las cosas del Espíritu. Esto hace que la fe de tantos creyentes quede en el terreno de lo sentimental, sin fruto, que no transforme su vida, que quede dominada por complejos inconscientes. La palabra del Señor dice: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará verdaderamente libres”, en realidad esto solamente sucede en mi opinión, cuando hay una rendición completa y constante de todo lo que hace parte de la vida el hombre. Creo que muchos han tratado de vivir para Dios sin involucrar lo emocional, porque en su criterio personal Dios no puede cambiar esta área. Lo cierto es que Dios es tan poderoso y tan consciente de nuestras emociones que El mismo promete en Apocalipsis “enjugar toda lagrima”, esto es un indicativo exacto del interés que Él tiene, aun por nuestras emociones.
La gracia:
Definir la gracia es algo importantísimo para poder entender este don que solamente viene de parte de Dios. Lo que sucede con la gracia es que no recibimos una agradable felicitación de parte de Dios sino un corazón nuevo (Eze 36:26).
La gracia de Dios es recibir un ingreso a la cuenta negativa de nuestra vida para convertirse en la persona más rica del mundo. Es recibir un don inmerecido. Antes de saber que necesitábamos un salvador, lo tuvimos (Rom 5:8). El ser humano está lleno de conflictos y toda su vida es afectada por ella. Relaciones dañadas, salud dañada, inestabilidad social; sin embargo, la gracia del Señor es todo lo que se necesita para apaciguar tanto caos interno. Todos los problemas se pueden resolver por medio de la gracia. Este es un aspecto concreto de la salvación, es como si al aceptar a Jesucristo y confesar nuestro pecados se desenlazara una cadena de paz y tranquilidad. Increíblemente eso sucede cuando la hemos recibido en nuestra vida.
Personalmente la he visto trabajar en mis tribulaciones, cuando los callejones de los problemas no tiene salida, he encontrado la gracias del Señor abriendo una puerta y sacándome una vez más a la avenida principal de la vida para que yo pueda seguir caminando.
Lo que sucede con la gracia es que mientras más nos llenamos de ella, mientras más profundizamos se nos abre la puerta del entendimiento y nos aclara la mente tan llena de prejuicios que los humanos tenemos. Esa gracia nos lleva a una comunicación constante con Dios y su presencia nos ayuda, nos aconseja y como que la vida es más clara de tantas cosas. Job entendió esto cuando estaba pasando un dolor profundo en su vida, pudo mirar claramente que la gracia de Dios a pesar de una enfermedad en su cuerpo, trascendía mas allá. El comprendió que no tenía salud pero tenía la vida, perdió a sus hijos pero quedo el recuerdo de ellos, lo había perdido todo pero en esos momentos no lo necesitaba, entendió que en medio de su tristeza el reconocer que era un pecador y podía ser perdonado y cuando se posiciona ante la gracia su vista “fue más clara que la luz del medio día” (Job 11:13-17).
El bienestar con la gracia del Señor es que ella nos alcanza, nos transforma, nos moldea, nos fortalece y nos salva. “Por gracia sois salvos” (Efe 2:8)
En conclusión a este capítulo, es muy beneficioso entender sobre las técnicas de la ciencia y su aplicación a la vida diaria; el cuidado está en no levantar a esta más que a la fe. Aunque el escritor puede llamarle un legalismo, mi opinión es que Dios puede todavía sanar corazones y transformar la manera de pensar de las personas. Coincido con Tournier cuando expresa que “No hay nadie más convencido que yo de que el esfuerzo humano es importante para resolver los problemas” (pg. 47). Lo que sucede es que la fe se limita cuando las personas no tienen la capacidad de asimilar un cambio absoluto en la situación, por esta razón la fe queda ante la barrera que las mismas personas presentan; pero me encanta lo que Pablo escribe hablando de la gracia y presenta que solamente ésta sobrepone ante las obras o esfuerzos humanos.
BIBLIOGRAFIA
La Santa Biblia, Versión Reina Valera 1960
Técnica Psicoanalítica y Fe Cristiana, Paul Tournier, Editorial CLIE 1998
Su Gracia Vive Aquí, Max Lucado, Grupo Nelson, 2012