MARIANA MUÑOZ DE MORÍN
El Espíritu Santo y la Tribulación
Es importante conocer la relación que tiene el Espíritu Santo con el período de la Tribulación y la obra que realizará.
Esto lo determina 2 Tesalonicenses 2: 7-8 Porque ya está actuando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo impide; y entonces se manifestará aquel a inicuo, al que el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá; Pablo declara que ellos no podían estar en el día del Señor, ya que ese no llegaría hasta el hombre de pecado se manifestara; y su manifestación era impedida por la obra limitativa de Uno cuyo ministerio era el de permanecer en la tierra. Sólo después de la remoción del El que Impide, podría manifestarse el hombre de pecado e iniciar el día del Señor.
Aun cuando Satanás hubiese cumplido su proyecto maligno para su mundo del cosmos, y hubiese presentado al último de sus gobernantes humanos, hay Uno que no permitirá hasta el final que su programa se desarrolle para que esto ocurra en el tiempo designado por Dios.
Salvación en la Tribulación
La naturaleza de la salvación en el Antiguo Testamento.- Existen dos aspectos separados y distintos en la salvación tal como se presenta esa doctrina en el Antiguo Testamento: Individual y nacional.
Salvación Individual.- Es una salvación aceptada por fe; y está basada en los sacrificios de sangre, los que eran sombra del verdadero sacrificio que había de venir.
Salvación Nacional.- Aunque el individuo israelita que creía que Dios se salvaba, esta salvación se le aseveraba en base a una obra futura que Dios efectuaría por la nación entera en su segunda venida, período en el que el Jesucristo tendrá un trato final para con los pecados del pueblo.
El individuo salvo de Israel podrá jubilarse en su propia salvación, esperando al mismo tiempo la salvación nacional.
El Antiguo Testamento promete una salvación para Israel, la cual está vinculada con aquel día, o el día de Jehová, por lo tanto esta salvación no ha sido experimentada por Israel, tiene que ser distinguida por esa nación durante el período de Tribulación.
De la misma forma, el Antiguo Testamento predice la salvación de un ejército de gentiles.
Y acontecerá en los a postreros días que será establecido el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará acerca de sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la e ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones y reprenderá a muchos pueblos; y forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra. Is. 2: 2-4.
Cumplimiento de la salvación prometida
La promesa concerniente a los individuos israelitas se habrá cumplido, su salvación está implícita en que son llamados “Los siervos de nuestro Dios”, tal designación sólo se la atribuye a aquellos que son considerados salvos.
La promesa de salvación nacional se habrá cumplido según Apóc. 19: 11; Y vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco, y al que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero. Y con justicia él juzga y hace la guerra 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
En estos fragmentos se evidencia que el Señor regresará como el Rey de Reyes y el Señor de Señores, los poderes de los gentiles serán destruidos y sus líderes echados en el lago de fuego. Satanás será atado. El reino ofrecido, en donde las promesas y pactos se cumplen, se inaugurará con la presencia del Rey.
La salvación en la Tribulación será según el principio de la fe, como dice Hebreos 11: 1-40, en donde se declara que el único que ha sido aceptado por Dios es el individuo que cree en Dios.
Serán salvos aquellos que se salvaron por la sangre del Cordero, de los judíos por ejemplo se dice que Estos fueron redimidos de entre los hombres Ap. 14:4, e Israel nunca supo de otra redención que no sea por sangre. De los gentiles salvos, en cambio se dice que ellos Han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero Ap. 7: 14.
La salvación se dará por obra del Espíritu Santo, él no llevo a cabo un ministerio de residencia en cada uno de los creyentes del Antiguo Testamento, pero el Señor indica que la salvación será mediante la intervención del Espíritu Santo Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo que el que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Jn. 3: 5-6.
Los santos del Antiguo Testamento eran salvos por obra del Espíritu Santo, porque es Omnipresente, Él hará la labor de restablecimiento como la hizo Dios cuando estaba tratando con Israel anteriormente, pero sin un ministerio de residencia.
La morada del Espíritu en la actualidad está relacionada con la unión de los creyentes entre sí, por su relación con el Templo de Dios; pero hay que tener en cuenta que la morada y la obra del Espíritu Santo son dos cosas diferentes.
Aunque el Espíritu no está morando durante la tribulación, seguirá obrando en la regeneración. Y acontecerá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y haré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día grande y terrible de Jehová. Y sucederá que todo aquel que invoque el nombre de Jehová será salvo, porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá salvación, como Jehová ha dicho, y entre los sobrevivientes, a los que Jehová haya llamado. Joel 2: 28-32.
El remanente del período de la Tribulación
La necesidad de un remanente.- La existencia de un remanente en los postreros días está confusamente unida a los pactos de Dios con el pueblo de Israel, los cuales son incondicionales.
El pacto de Abraham.- Este pacto realizado por Dios con Abraham es fundamental para toda cuestión profética, es declarado y reafirmado por Dios Abram llegará a ser una gran nación — Él y su descendencia bendecirán a todas las familias de la tierra — Él viaja de Harán a la tierra de Canaán — Debido a la hambruna, Abram desciende a Egipto — Abram y Sarai son puestos a prueba en la corte de Faraón. AHORA bien, Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra, y de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré; y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre y serás una bendición. Y bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Gén 12: 1-3, Dios promete a Abraham una tierra, un descendencia y una bendición, por lo tanto este pacto necesita un remanente que sea esa descendencia prometida.
El pacto palestino.- Este pacto constituido por Dios Y ACONTECERÁ que cuando hayan venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y las recuerdes en tu corazón en medio de todas las naciones en las cuales Jehová tu Dios te haya dispersado, y te a conviertas a Jehová tu Dios, y obedezcas su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, Entonces Jehová tu Dios te hará volver de tu cautiverio, y tendrá misericordia de ti y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te haya esparcido Jehová tu Dios. Si has sido arrojado hasta los confines de los a cielos, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará. Y te hará volver Jehová, tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y la poseerás; y te hará bien y te multiplicará más que a tus padres. Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tú Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. Y tú volverás y escucharás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy. Y te hará Jehová tu Dios a prosperar en toda la obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia y en el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse en ti para bien, de la manera que se gozó en tus padres Dt 30. 30: 1-9, provee la base sobre la cual Israel ocupará la tierra que primero fue dada a la descendencia de Abraham, en el pacto que él hizo con Dios.
El pacto Davídico.- Confirmado incondicionalmente por Dios Además yo fijaré un lugar para mi pueblo Israel; y yo lo plantaré para que habite en su propio lugar, y nunca más sea removido, ni los inicuos lo aflijan más, como antes, desde el día en que puse a jueces sobre mi pueblo Israel; y yo te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. Y cuando tus días se hayan cumplido y duermas con tus padres, yo levantaré a un descendiente tuyo después de ti, quien procederá de tus entrañas, y estableceré su reino. Él edificará casa mi nombre, y yo estableceré para siempre el trono de su reino. Yo seré para él a padre, y él será para mí hijo. Y si él hace mal, yo le corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombres; pero mi misericordia no se apartará de él, como la aparté de Saúl, a quien quité de delante de ti. Y serán afirmados tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será establecido eternamente. 2 S 7: 10-16, promete un rey, un reino y un trono a la descendencia de Abraham, este pacto promete un reino terrenal perpetuo sobre el cual reinará el hijo de David.
El nuevo pacto.- El cuarto pacto, confirmado incondicionalmente por Dios con Israel He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un a nuevo convenio con la casa de Israel y con la casa de Judá, no como el convenio que hice con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi convenio, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Mas éste es el convenio que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en sus corazones; y yo seré su Dios, y ellos serán mí
pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la iniquidad de ellos y no me acordaré más de su pecado. Jer. 31: 31-34. Promete la restauración de Israel como nación, el perdón de sus pecados, la purificación de su corazón y la inserción de un nuevo corazón. Para que todas estas premisas puedan cumplirse, es necesario que se cumplan las promesas contenidas en otros pactos.
Al considerar las profecías del Antiguo Testamento, se denotó que Dios tiene un remanente en el remanente de la nación. Se cree que los 144.000 de los que se habla en Apoc. 7 y 14, forman una parte importante del remanente de Israel, fragmentadas por un acto soberano de Dios, para que sea un testigo especial durante la Tribulación.
Hay que tomar en cuenta lo siguiente: el número 144.000 puede referirse a personas literales o figuradas. Algunos sostienen que es un número representativo, que representa una tropa innumerable de Israel, que será salvada durante la Tribulación, Darby dice: Es un número simbólico, perfecto, de los que escaparán del remanente en Israel, mientras que Scott afirma: El número de los sellados es desde luego simbólico, y simplemente declara que Dios se ha apropiado cierto número completo, sin embargo limitado de entre Israel para Sí.
Los 144.000 son sellados, con la finalidad de resguardarlos durante el período de tribulación, el remanente de la nación que está sujeto a la muerte, no puede ser el mismo de los 144.000 que no están sujetos a muerte.
En Romanos 11: 26 se observa que el remanente no se convierte hasta la segunda venida de Cristo, y así, todo Israel será salvo; como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que quitará de Jacob la impiedad; y los 144.000 estarán profesando como testigos sellados seguidamente después de que la iglesia haya sido arrebatada.
Los dos testigos
Interpretación simbólica.- Hay dos temáticas importantes dentro d la interpretación simbólica de los dos testigos.
1.- Los dos testigos representan a la iglesia, la cual será arrebatada en la mitad del período de tribulación.
2.- Los dos testigos representan a todo el remanente período de la tribulación, basado en la observación de que el número dos es el número de los testigos y, puesto que los 144.000 son testigos durante ese período, tienen que ser simbólicamente representados por el número dos.
Ambos puntos expuestos anteriormente se basan en un método de interpretación no literal.
Muchos de los reconocen a Elías como uno de los testigos, indican también a Moisés como el segundo, por varias razones, en primer lugar Moisés apareció con Elías en la transfiguración, luego el ministerio de Moisés de convertir las aguas en sangre, es el mismo de los dos testigos. El cuerpo de Moisés fue preservado por Dios, para que pueda ser restaurado. De esta manera, la ley de Moisés y de los profetas se unificarán para dar testimonio de Cristo durante el anuncio de la venida del Rey.
A pesar de que la transfiguración se identifica con la era milenaria, en ningún lado se menciona que esto tiene relación con la tribulación, ni con los dos testigos.
Otros identifican al primer testigo como Elías y al segundo como Enoc, las razones que tienen para afirmar esto es que Enoc fue traspasado para no ver muerte. Tanto Elías, como Enoc, habrían sido vestidos de inmortalidad en el momento de su traslación, pero Cristo es el único que tienen inmortalidad, entonces, los dos fueron preservados sin experimentar inmortalidad para que pudiesen regresar a morir. Sólo Elías y Enoc llenan los requisitos.
Por otro lado, hay quienes sostienen que estos dos testigos no pueden ser identificados; pero aparecerán simplemente con el espíritu y el poder de Elías, los dos testigos han de tener cuerpos mortales y aunque es posible para Dios, no tenemos precedentes o palabras escritas de tal reaparición.
Al parecer la mejor conclusión es decir que la identidad de estos hombres es incierta y que con toda probabilidad, no son hombres que vivieron antes y serán restaurados, sino que son dos hombres que emergen como un testimonio especial, a quienes se le han atribuido poderes y cuyo ministerio es de juicio, tal como lo indican sus vestidos de silicio. Serán muertos por la bestia.
Uno de los autores manifiesta que Una aritmética verbal nos revela que el período de la profecía confiada a estos dos testigos, mil doscientos sesenta días, que equivale a tres años y medio. Y por lógica, se deduce que su testimonio se promulgará durante la primera mitad de la semana profética de Daniel y su martirio será el primer acto de persecución de la bestia, después de que rompa el pacto con los judíos. Su ministerio será asistido de poder sobre sus enemigos, mientras que de acuerdo con Daniel, el pequeño cuerno hará guerra contra los santos y los vencerá, y esto será en la última mitad de la semana.
En Apoc. 11: 2 se indica que los cuarenta y dos meses se refieren sin duda a la segunda mitad de la tribulación y el período de testimonio de los dos testigos. Este testimonio está registrado precisamente antes del toque de la séptima trompeta, lo cual nos llevará al reino milenario.
El período exacto en que ocurrirá el testimonio no es de relevancia para los creyentes de esta era, porque todo sucederá en el tiempo de Dios, eso es lo que sabemos, y el tiempo de Dios, es el tiempo apropiado.