Cristo en el Antiguo Testamento

Cristo en el Antiguo Testamento

Realizado por Chiristopher González, estudiante de la Universidad Crisitiana Logos.

 

El estudio de la cristología es algo que se comienza antes de dar el paso al arrepentimiento de nuestros pecados por el llamamiento del Espíritu Santo. Para convertirse a Cristo es necesario conocerle y reconocerlo como Señor y Salvador de antemano.

El estudio de los evangelios definitivamente es el lugar de comienzo para conocer a Jesús, pero es en el Antiguo Testamento en donde la plenitud de su persona son revelados. Uno de los principios bíblicos más importantes es que Dios utilizo las experiencias personales de los profetas y demás siervos para dar a conocer Su sentir. El objetivo de este trabajo es de presentar los puntos de mayor impacto y magnitud en el conocimiento de Jesús por medio del Antiguo Testamento en mi experiencia personal.

CRISTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

El primer lugar en donde encontré la persona de Jesús lo fue en la historia de José en el libro de Génesis. Los paralelos y las experiencias en la vida de José comparadas con la vida de Jesús son increíbles y dignos de estudiar a fondo. A continuación presentare un breve resumen de los paralelos más importantes con el objetivo de identificar el área que más me impacto y revelo a Jesús por medio de José. Podemos ver en el relato que José fue el preferido de su padre según Génesis 37:3 “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque le había tenido en su vejez:y le hizo una ropa de diversos colores”. Jesús fue amado por Dios padre según Mateo 17:5 “Y estando aún él hablando, he aquí una nube de luz que los cubrió; y he aquí una voz de la nube, que dijo: Este es mi Hijo amado, en el cual tomo contentamiento: a él oíd”. Este amor del padre por el hijo fue de conocimiento público en ambos casos y causa de celo por sus hermanos. En el caso de José el celo es revelado en Génesis 37:8 “Y respondiéronle sus hermanos: ¿Has de reinar tú sobre nosotros, o te has de enseñorear sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y de sus palabras”. En el caso de Jesús uno de los ejemplos de celo es revelado en Lucas 19:47 “Y enseñaba cada día en el templo; más los príncipes de los sacerdotes, los escribas, y los principales del pueblo procuraban matarle”. Los hermanos de José tenían tanto celo y odio que desearon la muerte de su hermano aunque al final solo le vendieron como esclavo, terminando en manos de Potifar en Egipto. Al transcurso del tiempo los hermanos de José lo consideraban muerto. En el caso de Jesús, sus hermanos, es decir el pueblo y los líderes judíos, también desearon su muerte hasta que lo entregaron a manos de los romanos para ser crucificado. Tanto José como Jesús estuvieron consientes del odio que sentían sus hermanos aunque nunca se vio en ellos que el odio fuese reciproco.

José demostró ser especial y diferente que sus hermanos con los sueños que tuvo, con sus acciones de comunicarle a su padre las malas acciones de sus hermanos y con la inocencia que tenía al comunicarle a su familia los sueños sin pensar en las consecuencias. Sus hermanos no vieron ni valoraron todas las cualidades que tenía su hermano José. No se interesaron en tener comunión con su hermano José ni de conocerle más a fondo. En fin, los hermanos de José no vieron en él lo hermoso de su corazón ni la calidad de ser humano tan cerca de Dios. De igual manera Jesús fue tratado por sus hermanos judíos. El pueblo no vio el valor que tenía este su hermano. Jesús se paseó por el pueblo y no reconocieron su hermosura ni su valor, sino que lo vendieron a muerte. Ahora bien, es importante notar que el odio y el rechazo que sintieron los hermanos de José condujeron a la salvación de una nación. Como podemos observar en Génesis 45:8 “Ahora pues, no fuisteis vosotros los que me enviasteis aquí, sino Dios; y Él me ha puesto por padre de Faraón y señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto”, Dios utilizó el rechazo y el odio de los hermanos de José para salvar una nación y por ultimo reconciliarlo con sus hermanos. La nación de Egipto reconoció el valor de José y lo exaltaron hasta lo sumo, siendo salvos de la tribulación y del hambre mientras que sus hermanos pasaban por hambre. De manera paralela Pablo nos dice del ministerio de Jesús en Romanos 9:25 “Como también dice en Oseas: A LOS QUE NO ERAN MI PUEBLO, LLAMARE: PUEBLO MIO», Y ALA QUE NO ERA AMADA: «AMADA mía.» Los gentiles alcanzaron la salvación a causa del rechazo de Jesús. Nosotros los gentiles reconocimos el valor de Jesús, poniéndolo como Señor de nuestras vidas y estando bajo Su jurisdicción escaparemos la tribulación de los tiempos tal y como la escapó la nación de Egipto con José como Señor. El propósito de Dios es manifiesto en ambos casos y su verdad causa que le amemos más cada vez.

El último paralelo importante entre José y Jesús que me interesa discutir es el amor sincero que vemos en José por sus hermanos. José antes de revelarse a sus hermanos estaba atribulado por la emoción y el amor tan grande que les tenia. Vemos en Génesis 45:4 “Y José dijo a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron, y él dijo: Yo soy vuestro hermano José, a quien vosotros vendisteis a Egipto”. El amor que José estaba ocultando llego a su clímax y fue expresado en llanto. José se revela a sus hermanos en un encuentro hermoso y de reconcilio. Sus hermanos demostraron que estaban arrepentidos por todo el mal causado. El amor de José muestra no tener rencor ni remordimientos sino está cargado de reconcilio y deseo de comunión con sus hermanos. Es en este paralelo en donde podemos descubrir el sentir y el corazón de Jesús por sus hermanos judíos. Es al final de la Gran Tribulación que Jesús se reconciliara con sus hermanos cumpliéndose Mateo 23:37 ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! Mateo 23:39 Porque os digo que desde ahora en adelante no me veréis más hasta que digáis: «BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.» 

Jesús vendrá a reconciliarse con sus hermanos de una manera paralela a la experiencia de José. El encuentro con sus hermanos y la revelación serán hermosos. Dios nos abrió una ventana al corazón de Jesús utilizando el reencuentro entre José y sus hermanos. Otro lugar de mucho impacto en mi vida en donde encontré a Jesús de una manera sobreabundante lo fue en el estudio de Éxodo 21:1-6 con su paralelo en Deuteronomio 12:12-17.

 

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