Para conocer a Dios hay que saber el significado de sus nombres.
- Elohim: Forma plural de EL, significando “el fuerte”. Se usa de los dioses falsos, pero cuando se usa del Dios
verdadero es un plural de majestad y da a entender la trinidad. Se usa especialmente de la soberanía, obra creativa y
poderosa de Dios por Israel (Is 54:5; Jer 32:27; Gn 1:1; Is 45:18; Dt 5:23; 8:15; Sal 68:7). Compuestos de El:
• El Shaddai: “Dios Todopoderoso”. La derivación es incierta. Algunos creen que destaca la amorosa provisión y
consuelo de Dios; otros, su poder como el Todopoderoso que está sobre una montaña y corrige y castiga (Gn 17:1;
28:3; 35:11; Éx 6:31; Sal 91:1, 2).
• El Elyon: “El Dios Altísimo”. Destaca la fortaleza, soberanía y supremacía de Dios (Gn 14:19; Sal 9:2; Dan 7:18,
22, 25).
• El Olam: “El Dios Eterno”. Enfatiza la inmutabilidad y condición de inagotable de Dios (Gn 16:13). - Yahweh (YHWH): Viene de un verbo que significa “existir, ser”. Muestra que este nombre destaca a Dios como el
Dios independiente y que existe por sí mismo de la revelación y la redención (Gn 4:3; Éx 6:3 (cf. 3:14); 3:12).
Compuestos de Yahweh: Son designaciones o títulos que revelan aspectos del carácter de Dios.
• Yahweh Jireh (Yireh): “El Señor proveerá”. Destaca la provisión de Dios para su pueblo (Gn 22:14).
• Yahweh Nissi: “El Señor es mi bandera”. Destaca que Dios es nuestro punto de reunión y nuestro medio de
victoria, quien lucha por su pueblo (Éx 17:15).
• Yahweh Shalom: “El Señor es paz”. Señala al Señor como el medio de nuestra paz y descanso (Jud 6:24).
• Yahweh Sabbaoth: “El Señor de los ejércitos”. Una figura militar que describe al Señor como el comandante de
los ejércitos del cielo (1S 1:3; 17:45).
• Yahweh Maccaddeshcem: “El Señor tu santificador”. Retrata al Señor como nuestro medio de santificación o
como quien separa a los creyentes para sus propósitos (Éx 31:13).
• Yahweh Ro’i: “El Señor mi Pastor”. Retrata al Señor como el Pastor que cuida de su pueblo como un pastor cuida
las ovejas de su prado (Sal 23:1).
• Yahweh Tsidkenu: “El Señor nuestra justicia”. Retrata al Señor como el medio de nuestra justicia (Jer 23:6).
• Yahweh Shammah: “El Señor está ahí”. Describe la presencia personal del Señor en su reino (Ez 48:35).
• Yahweh Elohim Israel: “El Señor, el Dios de Israel”. Identifica a Yahweh como el Dios de Israel en contraste con
los dioses falsos de las naciones (Jud 5:3; Is 17:6). - Adonai: Como Elohim, es también un plural de majestad. La forma singular significa “amo, propietario”. Destaca la
relación del hombre con Dios como su amo, autoridad y proveedor (Gn 18:2; 40:1; 1S 1:15; Éx 21:1-6; Jos 5:14). - Theos: Palabra griega traducida “Dios”. Nombre principal para Dios usado en el Nuevo Testamento. Su uso enseña:
(1) Él es el único Dios verdadero (Mt 23:9; Ro 3:30); (2) Él es único (1Ti 1:17; Jn 17:3; Ap 15:4; 16:27); (3) Él es
trascendente (Hch 17:24; Heb 3:4; Ap 10:6); (4) Él es el Salvador (Jn 3:16; 1Ti 1:1; 2:3; 4:10). Este nombre se usa de
Cristo como Dios en Jn 1:1, 18; 20:28; 1Jn 5:20; Tit 2:13; Ro 9:5; Heb 1:8; 2P 1:1. - Kurios: Palabra griega traducida “Señor”. Destaca la autoridad y supremacía. Aunque puede significar señor (Jn
4:11), dueño (Lc 19:33), amo (Col 3:22), o hasta referirse a ídolos (1Co 8:5) o esposos (1P 3:6), se usa mayormente
como el equivalente de Yahweh del Antiguo Testamento. También se usa de Jesucristo significando (1) Rabí o Señor
(Mt 8:6); (2) Dios o Deidad (Jn 20:28; Hch 2:36; Ro 10:9; Fil 2:11). - Despotes: Palabra griega traducida “Amo”. Conlleva la idea de propiedad, mientras que kurios destaca suprema
autoridad (Lc 2:29; Hch 4:24; Ap 6:10; 2P 2:1; Jud 4). - Padre: Una revelación distintiva del Nuevo Testamento es que mediante la fe en Cristo, Dios se convierte en nuestro
Padre personal. Padre se usa de Dios en el Antiguo Testamento solo 15 veces mientras que se usa de Dios 245 veces en
el Nuevo Testamento. Como nombre de Dios, destaca el amoroso cuidado, provisión y disciplina de Dios, y cómo
debemos dirigirnos a Dios en oración (Mt 7:11; Jos 1:17; Heb 12:5-11; Jn 15:16; 16:23; Ef 2:18; 3:15; 1Ts 3:11).

Extraído del libro El fundamento del líder, pág. 20 parte del currículo del programa de Liderazgo Espiritual.
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