Escrito por: Janina Barrios
Recuerdo que cuando era niña decir que uno era cristiano era algo terrible, ya uno sabía que le iban a dejar de hablar o a burlarse.Decir que uno era cristiano era sinónimo de “raro”, aburrido, le decían a uno “ay pobrecito” porque uno no iba a fiestas ni se daba “un gustico”.
No fue sino hasta hace una década la palabra “cristiano” se volvió una moda. Ahora vemos cantantes invocar en sus presentaciones a Dios o saludar con un “Dios te bendiga”, este saludo se volvió viral y normal en nuestro tiempo. Si antes no se iba a fiestas, ni se “tomaba un traguito” porque uno era cristiano, ahora llegamos a una época donde recibimos respuestas como: “Eso no tiene nada de malo, Dios me conoce y lo que Dios ve es el corazón”, o “después que yo no le haga mal a nadie está bien”. Ahora vemos a personas que critican al prójimo o llevan una vida acorde con este mundo, pero como van a la iglesia, entonces son “cristianos”.
Esta situación merece un estudio a profundidad de lo que verdaderamente es ser cristiano. Por eso me puse en la tarea de preguntarle a varias personas: ¿Qué es el evangelio? Ninguno me supo responder. Dado que el Evangelio es lo único que salva, entonces estamos en un serio problema.
- No soy cristiano porque voy la iglesia.
- No soy cristiano porque ofrendo y diezmo.
- No soy cristiano porque me bauticé.
- No soy cristiano porque tomo la Cena del Señor.
Todas estas son actividades que hace una persona después de convertirse y no antes.
Un ejemplo claro lo vemos en la historia de Felipe y el Eunuco, el Eunuco iba al templo, pero no entendía El Evangelio, cuando Felipe se lo explicó dice la Escritura que pidió con ansias bautizarse. El eunuco no se bautizó antes de convertirse, sino después. Hechos 8:26-38.
Bajo estas circunstancias, ¿Qué es lo que hace a una persona cristiana?
La respuesta es el Evangelio. Cuando yo 1) comprendo el Evangelio de Jesucristo, 2) me arrepiento de mis pecados; es decir; cambio mi conducta, porque entre otras cosas, arrepentimiento genuino no es llorar ni lamentarse, sino que significa una renovación de la mente. Autores como Watchman Nee afirmaban que “metanoeo”, (palabra griega traducida como ‘arrepentimiento’), significa “cambio de mente” e implica un cambio de perpectiva respecto al pasado. Por ello es que si una persona peca y luego se lamenta de haber pecado (lo que la persona cree que es arrepentimiento) después recae en el mismo pecado, esta persona no se ha arrepentido, es decir, no tuvo un cambio de mente, de perspectiva, esto no es un arrepentimiento verdadero. 3) abraza la salvación que es por la fe en Cristo y su obra, (Es decir, confía plenamente en la obra de Cristo, sabe que no necesita de méritos ni de cumplir las leyes del Antiguo Pacto), entonces esta persona puede decir que se ha convertido, es un cristiano que desde ahora va a empezar a crecer en gracia y en conocimiento por medio de la Palabra y de la comunión que provoca la Palabra en nosotros.
En definitiva, podemos concluir que una persona es cristiana cuando comprende el evangelio (¿Qué es?, ¿por qué? Y ¿Para qué? comprende las doctrinas de la expiación, propiciación, redención, necesidad de la justicia, antiguo pacto, nuevo pacto) se arrepiente de sus pecados, abraza la salvación que es por la fe en Cristo y su obra, entonces esa persona se convierte en cristiano, en seguidor de Jesús y por lo tanto se salva de la condenación eterna.
¡La respuesta es el Evangelio! Cuando comprendemos el Evangelio, sucede en nuestra mente una ruptura, ya no vivimos de acuerdo a nuestra naturaleza pecaminosa sino que vivimos conforme al Espíritu. Ya no vivimos nosotros, sino que Cristo ahora vive en nosotros. Gálatas 2:20. Un cristiano verdadero no practica las obras que hacía antes porque ahora es una nueva criatura. Romanos 8:1-17
Ahora le pregunto: ¿Es usted cristiano?