La humanidad siempre ha tenido diferencia en los grupos sociales que la componen, ahora bien el mundo contemporáneo manifiesta una diversidad de problemas sociales que para abordarlos se hace necesario conocer como surge la cuestión social y como se aborda.
Surgimiento del trabajo asalariado
La invención de la máquina de vapor y las demás innovaciones permitieron materializar cambios sociales muy profundos desplazando el sistema feudal por el sistema liberal capitalista. Al crecer la industria y el comercio se generan otras fuentes de riqueza, provocando el desplazamiento masivo del campo a la ciudad.
La ciudad industrial aumentó su población dramáticamente con el arribo de este nuevo contingente humano. La tierra dejó de ser la mayor fuente de riqueza, sin embargo la fábrica redujo a prácticamente la esclavitud a la clase obrera. Disciplina y régimen de trabajo hicieron, fue el criterio general del empresario capitalista del siglo XIX.
La concentración de mano de obra en las fábricas impulso estrategias políticas que buscaban satisfacer las necesidades de la industria emergente. Considerando que el trabajo humano no era distinto del de una máquina o un animal.
Se genera así condiciones de marginación como carencia de habitaciones, debían vivir en espacios reducidos sin las mínimas condiciones, comodidades y condiciones de higiene. Tanto mujeres y niños, sufrían largas horas de trabajo careciendo de toda protección legal.
Esta situación de insuficiencias materiales y espirituales, que afecto al proletariado se le conoció como la Cuestión Social. Ante tales condiciones, la población trabajadora reacciona con huelga y se crearon las organizaciones gremiales.
Propuestas para remediar el problema social.
El mundo se transformaba y con ello el problemas social se acrecentaba, a razón de ello surgieron corrientes de pensamiento que buscaban solucionar el problema social.
Estas corrientes de pensamiento, se volvieron nuevos movimientos económico-sociales e incluso, institucionales. Con el tiempo los mismos marcaron pautas significativas que permitieron disminuir la cuestión social, o carencias sufridas por el proletariado.
Dentro de las corrientes más significativas podemos señalar: socialismo utópico; socialismo científico o marxismo; anarquismo; doctrina social de la Iglesia.
Socialismo utópico.
Durante la primera mitad del siglo XIX, Robert Owen, en Inglaterra y Saint-Simón, Charles Fourier y Blanc, en Francia, entre otros autores buscaron de forma individual generar propuestas que permitieran superar «la cuestión social».
Su ánimo general fue la filantropía, plantearon el establecimiento de fábricas colectivas, talleres nacionales y falansterios o comunidades socialistas.
Los socialistas utópicos no constituyeron una línea homogénea de pensamiento, lo que explica en parte la no concreción de sus planteamientos.
El socialismo científico o marxismo.
Los autores Karl Marx y Friedrich Engels, se dedicaron al análisis del origen de la problemática social y proyectaron sus consecuencias a largo plazo, elaborando una teoría al respecto.
La obra Das Kapital (El capital) de Karl Marx, expone gran parte de su tesis. Donde sostiene que la base y motor del desarrollo histórico es la economía (infraestructura) la cual se complementa con el aparato jurídico-cultural (superestructura) consolidando así un determinado sistema productivo.
En el Manifiesto Comunista, escrito por Engels y Marx, se plantea la sucesión de la sociedad capitalista por un estado proletario; sin propiedad privada ni lucha de clases. Siendo la propiedad colectiva o común (de ahí el apelativo «comunista») y, se ejerce por «la dictadura del proletariado».
Anarquismo.
En la segunda mitad del siglo XIX, Proudhon y Bakunin, exponen un socialismo radical extremista que niega la existencia del Estado, el cual debe ser destruido aún a costa de la violencia.
Consideraban el estado moderno, como el sostén del sistema de distribución poco equitativo por lo tanto debía ser eliminado.
Doctrina Social de la Iglesia.
La doctrina católica no fue inmune a los problemas sociales existentes, y observando los movimientos sociales que se estaban produciendo se posiciona respecto a estos, rechazando el materialismo histórico y el marxismo.
En la encíclica Rerum Novarum (1891), se plantea el conflicto de clases sociales y se condena el abuso de los patrones. Dando inició la Doctrina Social de la Iglesia, al recalcar el valor y dignidad del trabajo humano, el respeto a la propiedad privada y la necesidad de las asociaciones de trabajadores.
Para 1931, se amplía la propuesta condenando tanto al liberalismo económico como al comunismo, y estableciendo la necesidad de desarrollar una tesis basada en las Sagradas Escrituras que permita el establecimiento de relaciones capital-trabajo equilibrada.
Actualmente, la cuestión social sigue estando presente y tiene total vigencia, pese a que los movimientos sociales han dignificado las relaciones de trabajo mejorando las condiciones de trabajo e inclusive de vida. Aún se mantienen situaciones que desdibujan el trabajo dignificante.
De igual forma, la disminución de situaciones precarias para la mayor parte de la población es una deuda del Estado, las instituciones e inclusive una falla del sistema económico.