Muchos creyentes «de buena fe» – incluidos líderes y pastores- tienen el falso concepto de que la Psicología y la Teología son incompatibles. Ahora bien, la Psicología, como ciencia que analiza y estudia a través de métodos científicos las reacciones emocionales y los comportamientos humanos, tiene mucho que aportar a la Teología en su área de praxis, desarrollada precisamente en la pastoral.
En toda pastoral debe existir mutua colaboración entre ambas ciencias. Por ello, la auténtica pastoral cristiana debe ser el resultado de una integración coherente de las dos disciplinas, en la que las Escrituras pasen a ser la norma y el «control de calidad» para la aplicación de las nuevas teorías y descubrimientos psicológicos.
Conociendo la Psicología y Teología
La Psicología nos ayuda en entender mejor la conducta humana. Desde el inicio de la humanidad el hombre se preocupó por el conocimiento de todo lo que le rodea incluyéndose a sí mismo.
La Psicología surge como una ciencia cuando encuentra en el hombre un objeto de conocimiento como la conducta, (Conducta es toda aquella interacción establecida entre un organismo y su medio físico, biológico y/o social, en y a través del tiempo), que puede ser observable y medible y llegar a conocerse de manera objetiva.
La Teología puede ser aplicada a esta conducta humana en una forma más efectiva. Según expertos y eruditos la Teología y la Psicología se encuentran, en el concepto de conversión (metanoia), el cual es el objetivo final de la Psicología Pastoral.
Integración práctica
En cierto modo todos actuamos como psicólogos en nuestra vida diaria, observamos a nuestros compañeros humanos y escuchamos lo que dicen, cómo reaccionan ante lo que hacemos; vamos juntando toda la información de nuestras observaciones y establecemos teorías, las que luego probamos con algún tipo de evidencia.
Sin embargo a menudo nos equivocamos, aunque no lo admitamos fácilmente. Nuestro sentido común puede ser suficiente en varias situaciones y tareas, pero también nos puede llevar a falsas conclusiones y hacer inútil nuestro trabajo.
Nuestras ideas sobre la naturaleza humana, la personalidad o las influencias culturales pueden no ser más que simples prejuicios o estar basados en suposiciones derivadas de nuestra propia naturaleza, personalidad y educación, pudiendo llevarnos a un mal empleo de la psicología.
Además hemos de considerar el analfabetismo bíblico, que afecta tanto a ministros como a laicos, es necesario reconocer nuestra debilidad e ignorancia y partir de la Revelación Divina. Dios ha tomado la iniciativa, y se ha interesado en la tarea de que la humanidad se conozca a través del conocimiento suyo.
La Psicología por sí misma no es suficiente para poder cambiar al ser humano, es aquí donde entra en el buen sentido y aplicación de la palabra, la Teología, que como dijimos en un principio, nos lleva al conocimiento de Dios que tiene todo el poder para obrar en el corazón del ser humano y hacerlo una persona nueva.
En el asesoramiento pastoral, la Psicología es semejante al andamio que es necesario para la construcción de una casa, pero para terminar la edificación es absolutamente necesario desarmar el andamio, porque éste no forma parte del edificio.
Entender el hombre a través de estas ciencias
El Psicólogo Cristiano Jorge León en su libro titulado, “Psicología Pastoral para todos los cristianos” plantea dos enfoques: El teológico y el psicológico, el dice que ambos son indispensables en la intención de conocer al ser humano.
La Psicología y la Teología pueden convivir juntas y servirse una de la otra, integrar los principios psicológicos según aparecen en la Palabra de Dios, ofrece la oportunidad de abrir nuevas perspectivas con relación a las experiencias cristianas y la comprensión de las verdades bíblicas.
Las herramientas psicológicas pueden ser usadas por Dios para penetrar más eficazmente y disolver la coraza protectora que las personas usan para aislarse de las verdades bíblicas y de sus semejantes. Permitiendo así, al Espíritu de Dios hacer su obra en sus vidas.
Cada problema planteado por la vida y la psicología tiene su respuesta en la Palabra de Dios. Estas respuestas deberían buscarse y hallarse, y cuando se encuentran se hará evidente que son, junto con la aplicación personal, la vida espiritual normal que Dios tiene para cada uno de nosotros.
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