Caminando con MI MENTOR
Por Esteban R. Fernández | Publicado en Revista Logos Magazine – Edición Nº 1 Junio 2019
¿Qué es lo que recibimos cuando Dios nos da su Palabra y sus promesas? ¿Cómo nos encuentra el Señor cuando nos da la Palabra? y ¿cómo recibimos nosotros la Palabra?
Muchos de nosotros recibimos la Palabra de Dios, recibimos sus promesas, nos emocionamos, pero finalmente no fluimos en bendición porque en cuanto obtenemos la palabra profética, nuestro corazón cambia.
No nos apropiamos ni nos encaminamos, entonces el Señor debe recordarnos que nos habló directamente a nosotros y no a otras personas.
Preparando sucesores
Este es un reto para quienes somos líderes, Dios quiere que preparemos sucesores. Él no trabaja con “llaneros solitarios”, así que si usted quiere avanzar en la obra de Dios, tiene que comenzar a preparar a alguien que le pueda seguir los pasos cuando el Señor lo empiece a mover de lugar.
Preparar un sucesor implica convertirse en padre espiritual, pero usted también necesita una guía en los caminos de Dios, un mentor.
No hay un líder que sea capaz de continuar sin estar sujeto a su mentor. No importa donde el Señor lo ponga a trabajar, usted siempre necesita cobertura y paternidad para mantenerse encaminado.
Reconocer al mentor
Si quiere que el Señor lo use, póngase bajo autoridad. Recuerde la historia de Elías y Eliseo.
Prepárese para la bendición, pero no la va a encontrar en la casa, bajo la autoridad de su mentor, solo así va usted a recibir esa bendición.
Los padres espirituales merecen nuestra honra y reconocimiento. Si honramos, si reconocemos, vamos a recibir la herencia.
Guilgal
Josué 5:9 dice: «Hoy les he quitado de encima el oprobio de Egipto.» Por esa razón, aquel lugar se llama Guilgal hasta el día de hoy.
Josué se convierte en padre espiritual de esa generación en Guilgal. Es así como el primer lugar al que la autoridad espiritual nos tiene que llevar es al de la purificación.
Guilgal, es ese espacio al que yo voy a dejar mi viejo hábito y empezar a servir al Señor con lo nuevo, con lo que el Señor le habló a mi padre espiritual, a mi mentor.
Muchas veces nuestros padres espirituales tienen que usar martillos para ayudarnos a cambiar. ¿Por qué? porque ellos no ven en nosotros un pedazo de roca, sino la escultura ya terminada. Ese proceso duele, pero es necesario. Se llama corrección.
Muchos llegan a Guilgal, a la primera etapa de la vida cristiana, y cuando el mentor comienza a enfocarlos para que sean moldeados, salen espantados. ¿Por qué? Porque no aguantan la corrección.
Y si no se aguanta ese primer camino, nunca va a llegar a la bendición.
¿Usted sabe que para crecer en la vida cristiana debe dejar los viejos hábitos atrás? Y, ¿sabe quién le va a ayudar a dejar esos viejos hábitos? El padre espiritual cuando esté con usted en Guilgal.
El mentor es una persona puesta por Dios para ayudarnos a permanecer encaminados.