Dios en el Antiguo Testamento | Parte I

Dios en el Antiguo Testamento | Parte I

¿Será el Dios del Antiguo Testamento un monstruo moral?

Basado en el artículo original ¿Será el Dios del Antiguo Testamento un monstruo moral?  del Dr. Juan Valdés, publicado en Logos Magazine, Edición 1 Junio 2019

¿Cómo es Dios? La respuesta depende de a quién se le pregunte. Si me preguntas a mí, yo pienso que el Dios de la Biblia es nuestro padre amoroso, misericordioso, justo y todopoderoso.

 

La imagen distorsionada de Dios

Si la pregunta fuera contestado por Richard Dawkins, probablemente te señalaría su libro El Espejismo de Dios donde nos ha pintado un cuadro de Dios vívido, aunque distorsionado:

“El Dios del Antiguo Testamento es posiblemente el personaje más molesto de toda la ficción: celoso y orgulloso de serlo; un mezquino, injusto e implacable monstruo; un ser vengativo, sediento de sangre y limpiador étnico; un misógino, homófobo, racista, infanticida, genocida, filicida, pestilente, megalómano, sadomasoquista; un matón caprichosamente malévolo.”1

El cuadro que nos pinta Dawkins es muy distinto del cuadro que la mayoría de nosotros pintaríamos. Sin embargo su postura está tomando mucha fuerza en ciertos sectores de la sociedad.

 

Juez o acusado

Otra postura muy adoptada en la actualidad con relación a Dios muestra un cambio es innegable. En su libro, Dios en el Banquillo, C.S. Lewis usó la analogía de una corte judicial para mostrar cómo han cambiado las cosas:

 

“El hombre antiguo se acercaba a Dios (o a los dioses) como la persona acusada se aproxima al juez. Para el hombre moderno se han invertido los papeles. Él es el juez y Dios está en el banquillo. El hombre moderno es un juez extraordinariamente benévolo: está dispuesto a escuchar a Dios si Éste es capaz de defender razonablemente que es el Dios que permite la guerra, la pobreza y la enfermedad. El proceso puede terminar, incluso, en la absolución de Dios. Pero lo importante es que el hombre está en el tribunal y Dios en el banquillo.”

 

 

Probablemente si C.S. Lewis estuviese escribiendo hoy diría que ya salió el veredicto, el juicio ha concluido, y Dios ha sido hallado culpable de los cargos en su contra.

 

¿Cómo percibimos a Dios?

 

Como cristiano honesto, la pregunta más importante no tienen que ver con el número de personas que aceptan la nueva descripción de Dios, ni acerca de los problemas que pudieran tener estos autores con él, sino.

¿Cuáles son los argumentos que se presentan a favor de una perspectiva tan hostil de Dios y cuánto mérito tienen los argumentos? Es precisamente la pregunta que utiliza Paul Copan como título de su libro ¿Es Dios un Monstruo Moral?

El Problema es muy importante para el incrédulo, así como para el creyente. Para el incrédulo es un obstáculo a la fe. Para el creyente, amenaza con distorsionar la imagen que tiene de Dios como un ser digno de adoración.

 

El caso contra Dios parece basarse en numerosas historias del Antiguo Testamento que parecen presentar la imagen de un Dios que no es digno de nuestra adoración. Si Dios verdaderamente es un Dios de amor, perfecto y omnisciente, ¿cómo puede demandar algo como la destrucción de naciones enteras en Deuteronomio 7:1-2   o la muerte a aquellos que inviten a rendir culto a un dios distinto en Deuteronomio 13:6-9?

 

 

Muchos otros pasajes podrían citarse en el Antiguo Testamento que presentan retos similares a la imagen de Dios. Este tipo de violencia en el Antiguo Testamento provoca dos preguntas muy serias que no se pueden ignorar, porque intentan contra el fundamento del cristianismo las cuales son:

¿Es el Dios de la Biblia digno de nuestra adoración?

¿Es confiable la Biblia?

Responder estas preguntas es tarea difícil, es necesario tratar con los argumentos y hacerlo sin comprometer ni el carácter de Dios ni la confiabilidad de la Biblia. La próxima edición consideraremos esta pregunta y presentaremos una defensa sólida y razonable tanto bíblica como teológicamente.

 

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