¿Será el Dios del Antiguo Testamento un Monstruo Moral? | Parte II

¿Será el Dios del Antiguo Testamento un Monstruo Moral? | Parte II
Basado en el artículo original del Dr. Juan Valdés, publicado en Logos Magazine, Edición 3 Octubre 2019

Seguimos con la 2da. Parte del artículo ¿Será el Dios del Antiguo Testamento un Monstruo Moral? | Parte I

Dios Justo y amoroso

Al considerar la naturaleza del juicio de Dios dentro del contexto bíblico, comenzamos a entender que Dios no es caprichoso ni vengativo, sino un Dios justo y amoroso.

Siendo una imagen consistente en todo el Antiguo Testamento. Observamos a Dios expresando su deseo de perdonar y restaurar, en vez de juzgar y destruir.  Siendo ejemplo de ello Ezequiel 33:11,

Diles: “Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor omnipotente—, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?”

El arrepentimiento

Dios muestra su lado compasivo al ser paciente con los Cananeos, esperó por más de 400 años que se arrepintiesen, pero no lo hicieron.

Dios reveló a Abraham que la conquista sería el resultado directo de la falta de arrepentimiento en Génesis 15:16,  es decir, Dios esperó pacientemente el arrepentimiento de ellos y los juzgó cuando era obvio que jamás lo harían.

Según Lane Craig, la cultura Cananea había llegado a ser depravada y cruel, abrazando prácticas como la prostitución ritual y el sacrificio de niños, Dios tenía razón moral suficiente para juzgar a Canaán, y uso a Israel como instrumento de Su justicia, así como siglos más tarde Dios usaría a las naciones de Asiria y Babilonia para juzgar a Israel.

Sobre la Conquista

Una consideración cautelosa del contexto narrativo también establece la particularidad de la conquista de Canaán. Este es un momento particular en la historia. Es un acto particular en un momento particular para tratar con una situación particular. Es algo que no se debía repetir.

Contrario a los vecinos de Israel, no existe evidencia (interna o externa) que Israel jamás tratara de extender sus fronteras más allá de la Tierra Prometida. Los judíos no eran un pueblo conquistador.

Ellos entendían que eran un instrumento de Dios para juzgar un pueblo profundamente malvado. Los Cananeos eran un pueblo que solían sacrificar sus propios hijos entre otras prácticas horrendas.

La intervención de Dios no debe ser considerada más que la justicia ejecutada por Aquel que tiene la responsabilidad y el papel de Juez sobre Su creación.

La Ley de Dios vs. La Cultura del Oriente Cercano

Las leyes judías sobre la guerra, ética social y castigos son infinitamente más justas y compasivas que las de sus vecinos del cercano oriente.

En este sentido Paul Copan, observa para ciertos crímenes, Hammurabi demandaba que la lengua, senos, manos, u orejas fuesen cortados, lo que refleja un contraste marcado con las leyes de Dios a los judíos.

Mientras que existen abundantes similitudes en las áreas donde se destacan los absolutos morales, las diferencias son notables en lo que concierne la compasión y la misericordia de Dios.

Comentando el Código de Hammurabi, Paul Johnson observa: “Estas leyes terribles se destacan por la ferocidad de los castigos físicos, en contraste con la moderación del Código Mosaico y las promulgaciones de Deuteronomio y Levíticos.”

En cuanto a la guerra, es notable que nunca se hubiese justificado un ataque departe de los judíos a ninguno de los habitantes de la Tierra Prometida sin la ordenanza directa de Dios.

Además, a Dios le preocupaba más aniquilar la religión de los Cananeos que a la gente misma. Así se observa en Deuteronomio 7:2-5, en el contexto narrativo se encuentran referencias obvias de la supervivencia de la conquista por parte de los Cananeos.

El énfasis es en la aniquilación de la religión en vez del pueblo que la práctica. Este pasaje es importantísimo hermenéuticamente hablando, pues provee una explicación ampliada y clara  cuando instruye derrotar y destruir a los Cananeos por completo.

Conclusión

Al considerar los principios fundamentales de la hermenéutica que son aplicables a estos pasajes del Antiguo Testamento, tales como el contexto narrativo, la naturaleza del juicio de Dios, la particularidad de la conquista y el contraste entre las leyes judías y las de las culturas vecinas, hallamos que los ataques al carácter de Dios terminan siendo inválidos.

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