¿Dónde esta el amor de Dios ante tanta calamidad? | Parte I

¿Dónde esta el amor de Dios ante tanta calamidad? | Parte I
Inspirado en el capitulo 4 del  libro ¿Dónde está Dios en un mundo con coronavirus? del autor John Lennox

Ante los hechos difíciles como terremotos, tsunamis, pandemia, muchos creyentes podemos llegar a preguntarnos la acción amorosa de Dios ante estos hechos que nos impactan, en esta entrega y la siguiente intentaremos juntos reflexionar sobre ello.

Entender la naturaleza de los virus

Hablar de virus genera temor en la mayoría de las personas, pues se recuerda el VIH, la fiebre amarilla o el Ébola. Ciertamente, los virus nos preocupan debido a que normalmente lo asociamos con la enfermedad y a veces la muerte.

Sin embargo, de los millones de virus que existen solo 21 tipos de virus son los que causan daños al cuerpo humano. La mayoría de los virus en realidad son vitales para nuestra existencia, esenciales para la vida.

En el caso del virus Covid-19, este forma parte de una gran familia de Coronavirus que son responsables del resfriado común, la gripe, la neumonía y otras enfermedades respiratorias. Así lo sostienen Peter Pollard y Marilyn Roossinck.

En consecuencia, si la existencia de los virus hacen posible la vida en el planeta, los mismos también son parte de la creación de Dios, generador de vida.

Dios y la posibilidad del mal

Si nos preguntamos porque Dios creó la posibilidad del mal, puede que no percibimos que ciertamente estamos pidiendo no existir. La humanidad creada por Dios con libre albedrío es uno de los regalos más grandes de Dios.

Dios ha creado seres amorales y morales, las criaturas u animales son seres amorales pues no hacen daño moral, responden a su naturaleza. Los hombres somos seres morales, hemos sido bendecidos  con la capacidad de tomar decisiones.

Solo los hombres podemos decir “sí” o “no”, y esa capacidad nos permite experimentar cosas maravillosas como el amor, la confianza y relaciones genuinas con Dios y con otros. Esa misma capacidad buena y maravillosa nos da la posibilidad de hacer el mal.

Las escrituras señalan claramente que Dios nunca es autor del mal; en otras palabras, el mal es posible en el mundo que Él creó, pero no es Su plan para el mundo que Él creó.

Dios puede obrar para bien incluso en medio del mal de este virus, y sus planes no serán frustrados, aunque puede que sea muy difícil para nosotros aceptar esto en una situación como la crisis actual.

Aun en la situación de crisis, nosotros decidimos como responder ante la misma, elegimos como actuar ante la emergencia presente y ante los demás Dios nos da esa capacidad.

 

¿Porque es así el mundo?

La creación de Dios fue universalmente perfecta. Al bendecir al ser humano con la maravillosa capacidad de tomar decisiones, se posibilita el fracaso moral si usaba mal dicha libertad.

Y tal como observamos en Génesis 3, el hombre permitió dentro de sí  anidar el pecado y dar fruto. El pecado es un estado mental que pone la voluntad de la criatura contra la de Dios su creador, desplaza a Dios del centro y se pone así mismo, buscando sus intereses egoístas y su interpretación propia de la vida.

Con el pecado el hombre fractura su relación con Dios, y de esta manera genera consecuencias sobre todo lo creado, el pecado trae la muerte del hombre y la frustración al mundo.

Necesitamos reflexionar entonces el alcance de nuestras acciones para poder así comprender donde queda Dios ante la calamidad que nos acontece.

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