… me llamáis Maestro y Señor y tenéis razón… (Juan 13:13) La Biblia de las Américas
La naturaleza de la educación cristiana es una actividad universal, un derecho humano, un arte, una pasión que se percibe, es un diálogo trasmitido entre Dios, el maestro y el alumno.
Un proceso de enseñanza que transforma la vida en la cultura, una conformación de la cultura híbrida y una nueva producción de la personalidad cristiana en el hombre
En la práctica de la enseñanza se requiere herramientas educativas, habilidades, destrezas que el maestro se sienta motivado como animal docente que no para de enseñar hasta lograr un aprendizaje exitoso. El maestro es movido a mantener una relación de la enseñanza – aprendizaje para establecer una educación holística cristiana.
El ser humano en su comportamiento sociológico mantiene diferencias entre la enseñanza y el aprendizaje. A raíz de nuevos métodos de enseñanza en el siglo XXI se precipita la participación de información, conocimiento y sabiduría para mantener una experiencia de un intercambio mutuo.
Enseñanza – Aprendizaje
En todas las disciplinas de las ciencias humanas y educativa se requiere una relación de enseñanza-aprendizaje que sea bíblica. Dependiente del hecho que cada uno sabe algo de su situación inmediata que ambos necesitan conocer de un maestro cristiano. Hoy más que nunca la vida humana aparece impregnada de la esencia del proceso de enseñanza cristiana- aprendizaje exitoso.
El maestro cristiano enseña en la comunidad privada y pública. En realidad, todos somos llamados a enseñar y todos aprendemos. El poder enseñar y el aprender se logra interpenetrar a nuestra vida.
La enseñanza es un proceso dinámico y holístico que tanto el maestro como el estudiante son activos en él. Todo maestro aprende diariamente de un estudiante y todo estudiante aprende de un maestro, porque se invierten los papeles. La enseñanza cristiana permite una educación individualizada y colectiva. Implica que el maestro este comprometido con ser eficaz, mantenerse preparándose con métodos de aprendizajes, conocimiento bíblico.
El maestro necesita conocer al estudiante y ser capaz poder atender sus necesidades de aprendizaje.
Hablemos de la necesidad del maestro
En una sociedad compleja, cambiante y en el mundo moderno la formalidad de la enseñanza cristiana es necesaria. El maestro se convierte en el protagonista del cambio en el proceso educativo. Necesita de la flexibilidad a toda costa para poder establecer reglas sin perder al estudiante. La naturaleza de la enseñanza de un maestro está comprometida con mantener la fidelidad en las mejores habilidades de un estudiante, sus valores, sus actitudes
La naturaleza de la enseñanza desarrollada con pasión puede mejorar de manera efectiva la vitalidad de valores perdidos a causa de una relación informal de enseñanza-aprendizaje. El maestro es llamado a definir su propósito: “conocimiento de; conocimiento sobre”. “El conocimiento de” se adquiere indirectamente por asociaciones. Es hermoso “el conocimiento de”, puesto que es el conocimiento íntimo, sin palabras, espiritual y da resultados. Es la clase de conocimiento que brotan inspiración y misterios.
“El conocimiento sobre” se alcanza por medio de observación, donde nunca se conocen los detalles. Son conocimientos sobre acontecimientos (históricos – conductuales). Es “el conocimiento sobre” el cual edifica la ciencia. Es responsabilidad de las instituciones religiosas y del maestro definir y descubrir que el conocimiento de aprender sea con la pasión y el arte hasta lograr penetrar el “conocimiento de y el conocimiento sobre”. Por lo tanto, en la educación cristiana «el conocimiento de» va dirigido a destacar el programa de enseñanza y «el conocimiento sobre» va dirigido a la fuente de estudio.
El maestro necesita conocer ambos tipos de conocimiento para edificar su diálogo, encuentro con el estudiante. En “el conocimiento de y/o sobre” no puede haber separación para poder alcanzar al estudiante. Tenemos el conocimiento para utilizar las herramientas y estrategias para enseñar, también tenemos la intuición, pasión para llegar al estudiante y producir cambios.
“No hay estudiante si no hay maestro y no hay maestro si no hay estudiante”
Este primer ensayo contemplativo de la naturaleza de la enseñanza va dirigido a “La Pasión por la Educación Cristiana” que se cristaliza en mi mente a favor de grandes autores de libros cristianos y sobre todo la enseñanza de un MAESTRO. La carrera ministerial de unos cuarenta años en la enseñanza cristiana. Experiencia pastoral, educativa en la administración cristiana de Institutos Bíblico y la cátedra en educación superior de universidades.
Realizado por Ps Conrada Varela PHD
6 Comments