El ministro de Dios debe ser una persona que ame las almas perdidas, que sienta una gran compasión por las almas que no conocen a Cristo. Debe anhelar en su corazón que las demás personas también conozcan a Cristo. Al igual que su vida familiar debe ser un ejemplo para la sociedad.
Vamos a mencionar algunos consejos simples, pero prácticos, que le son de mucha utilidad a los pastores o futuros pastores, en cuanto a comportamiento, forma de actuar y pensar.
- Haga todos los esfuerzos posibles por mantener lazos estrechos con su familia. Dedíqueles momentos de calidad. Mantenga a su esposa e hijos como su primera prioridad.
- Asegúrese, ante todo, de casarse con una mujer piadosa, consagrada, una que será una buena esposa de pastor.
- Dedique algunos días y momentos especiales para pasarlos con su esposa e hijos.
- Dedique tiempo a orar, para estar a solas con Dios. Reserve sus mañanas para Dios. Dígale a la gente acerca de este horarios para que otras cosas de menor importancia se hagan más tarde. Lleve todo a Dios en oración. “Orad sin cesar” (I Tes.5: 17.)
- Dedique cada día al Señor. Hágase un inventario espiritual de sí mismo cada día. Está usted creciendo en la gracia y en el conocimiento del Señor?
- Sea un vivo ejemplo de vida cristiana para todos. Contribuya con más del diezmo para el Señor.
- Sea escrupuloso y ético en todos sus tratos de negocios. Mantenga buenos archivos de sus asuntos financieros. Pague sus cuentas a tiempo.
- Sea veraz y formal.
- Sea puntual en todos sus compromisos.
- Busque siempre mantener una actitud positiva. Nunca llegue a ser una persona negativa, derrotista. Siempre busque el lado positivo de un problema.
- Mantenga su mente abierta a nuevas ideas, pero sea lento para seguir modas “baratas”.
- Muestre entusiasmo y diligencia.
- Manténgase sano y fuerte físicamente. Esto puede significar la diferencia entre la victoria y la derrota en su ministerio.
- Hágase un control médico regularmente.
- Procure que su aliento sea sano. La halitosis (mal aliento) en un predicador es más ofensivo de lo que se pueda describir.
- Tome un poco de tiempo libre cada semana para recuperar y reponer sus fuerzas mentales, emocionales y espirituales.
- Vista de forma apropiada todos los días. Vaya siempre limpio y arreglado. Los miembros de iglesia quieren estar contentos con la manera cómo luce su pastor.
- Vístase al estilo actual, pero no con colores ni estilos desaliñados y estrafalarios.
- Cuando sea apropiado, siéntase libre de vestir en una manera informal.
- Procure ir siempre limpio y arreglado. Tenga también su carro limpio y su escritorio en orden.
- El mejor traje para llevar puesto cada día es una amplia, maravillosa sonrisa. ¡El mundo la necesita!
- Equilibre su estudio con sus responsabilidades pastorales; especialmente, tome tiempo para estudiar.
- Deseé suficiente tiempo para la preparación de sus sermones.
- Esfuércese por ser un estudiante todos los días de su vida.
- Lea las biografías de grandes hombres, tanto de la historia secular como de la eclesiástica.
- Estudie literatura clásica, pero sobre todo, estudie la Biblia constantemente. Una manera de hacerlo es predicar a menudo de un libro completo de la Biblia.
- Tenga un plan de lectura. Familiarícese con la buena literatura, con la historia de las grandes obras de arte y de la música. Como resultado de ello, sus sermones y discursos podrán ser enriquecidos y fortalecidos.
Y El dio a algunos {el ser} apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros. Efesios 4:11
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