Artículo original de la Dra. Ps. C. Varela publicado en la 6ta. Edición de Logos Magazine
Detenida en días de aislamiento social, ante el escenario de “Coronavirus” frente a una computadora escribiendo tareas académicas “online”. Con una realidad virtual, llena de preguntas sin respuesta, una Iglesia congregacional cerrada, no hay reunión presencial con estudiantes.
No se escuchan las risas, tampoco los comentarios entre ellos con sus pares, simple solo ver una ventana de vidrio que me permite poder apreciar el verde de un pequeño solar de terreno vacío.
Nada utilizaré el momento presente para crear de un valioso espacio, hacer del buen arte visual de una realidad virtual para el proceso de aprendizaje. Honrar el tiempo que nos permite el Coronavirus para poder hacer y ser un ministro de educación cristiana en hermandad con la generación Z, a quienes llamo los nativos digitales.
Poder descubrir el destacar las nuevas técnicas, tipos y métodos de la enseñanza cristiana que no puede detener la realidad virtual ante los procesos mundiales. Entonces es necesario conocer las posibilidades que tiene la Iglesia para atemperarse con la tecnología educativa virtual en bien del positivismo de la audiencia nativa digital. Buscar definir el problema y la justificación del uso en la demanda de métodos tecnológicos, módulos virtuales con el fin de ponernos sobre la brecha de la globalización.
Algunas ventajas de la realidad virtual para considerar
No se puede ignorar el valor del recurso humano para la enseñanza presencial, sin embargo, la verdad es que la realidad virtual nos permite hacer evangelización estratégica, llevar una educación virtual a distancia, crear una misión de Iglesia estructurada para alcanzar naciones. Establecer una mayor demanda en una audiencia que se enfoca en el ministerio en la educación cristiana de la ciber iglesia.
Los profesionales en el ministerio educativo necesitan tener claro la dirección de los ministerios de servicios entre la administración de la Iglesia, gerencia del medio y la docencia cristiana.
Entonces, creo por éste motivo es necesario para que el educador busque conocer las distintas tecnologías, potencialidades, sus carencias para guiar hacia el buen uso de ellas al educando y que pueda ser reconocibles también para él como, educador.
Ahora bien, se pueden establecer cambios significativos en la plataforma de módulos de enseñanza cristiana que colaboren con la formación de docentes. Lograr definir la misión y la visión de la iglesia a través de recursos humanos y educativos que aporten con un buen análisis de pasado, presente y futuro de cada estudiante.
Permitir a cada estudiante una práctica de servicio como participante entre ministerios eclesiásticos. Descubrir qué herramientas tiene cada uno ellos, para seguir adelante, qué recursos necesitan para alcanzar la comunicación informativa, integral, educación a distancia. Colaborar para que logren poder ver el ministerio su realidad de un maestro virtual sin dejar de ser humano.
El coronavirus impulsó la era digital y la ciber-iglesia
Defino que la realidad virtual nos lleva alcanzar naciones, establecer plataformas educativas cristiana comprometida con principios bíblicos, espacios geográficos, demográfico de una globalización donde se mueve la ciber- iglesia.
Con la seguridad y la autoridad de un docente académico de la ciber iglesia no se puede dejar de pensar que hay un compromiso con la Palabra de Dios. No puede el coronavirus detenernos a seguir creando proyectos, alcanzando naciones, preparando líderes.
El coronavirus simplemente nos ha llevado a una población mundial que ha respondido a los principios legales, ético de salud biológica para tener que ser parte del aislamiento social. Los métodos electrónicos en el mundo virtual de redes sociales nos han permitido encontrarnos y reunirnos para estudiar, aprender, responder al diálogo a distancia, orar, así de fácil es la realidad virtual.
Hemos descubierto que la Iglesia tiene una realidad humana, social y organizacional que atender, una audiencia cautiva en la tecnología. No se nos puede olvidar que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación forman parte del día a día de la sociedad.
¿Cómo asumir los cambios?
La Iglesia es parte de una sociedad cambiante, de avances continuos que suceden cada poco “lapso” de tiempo. Los estudiantes de la educación cristiana no permanecen fuera del panorama existente. Son parte principal de este proceso para mucho posiblemente escatológico, económico y político, pero sigo determinando no dejar a la deriva los nativos digitales.
Aún más con esto, los educadores de nuestras iglesias, institutos bíblicos han de tener presente la verdad existencial de la tecnología. Que se convierte en una realidad virtual, sobre todo como herramienta para tener en cuenta el futuro de la educación.
El educador y educando son confrontados a responder al cambio en el futurista de la academia cristiana. La administración de la iglesia tiene que re-aprender, reinventar para llegar a la audiencia, ser visible, autodidacta aún con puertas cerradas.
Herramientas tecnológicas de la realidad virtual
La escuela- iglesia (ciber iglesia) tiene que responder a una sociedad tecnológica que está inmersa en el uso de aparatos electrónico, smartphones, tablets, televisiones inteligentes, etc. Son el día a día de la población virtual.
Así que el uso que le demos a cada uno de ellos puede suponer aprovechar sus características de formas correcta como incorrectas. Sobre todos para los nativos digitales que son personas que nacieron en la era digital, por lo tanto, van hacer usuarios permanentes de las tecnologías con una habilidad consumada.
Aprovechemos a utilizar el recurso humano con potencial, muchas veces profesionales que conocen los cambios de tecnología informática y la comunicación integral. Nos es necesario poder reinventar una vez más a la hora de establecer una tecnología educativa para enseñar la Palabra de Dios en la escuela- iglesia.
Como punto clave de cierre en la ocasión, el maestro de la escuela- iglesia no debe estar separado de la realidad que le rodea, ni de los tiempos, ni escenarios demográficos congregacionales puesto que necesita tener en cuenta que el educando de la generación Z está inmerso en ella.
Todo educador cristiano con respeto, honra, dignidad y vocación en la enseñanza debe concienciarse que, se educa para el futuro.
De tal manera que tendremos estudiantes que son necesario introducirlos en el uso, manejo de herramientas, métodos, recursos de la tecnología educativa, comunicación integral, de lo contrario tendremos que reforzar modelos de aprendizaje desconectado de la realidad de la Iglesia.
El desconectarnos de la realidad social establecería un coronavirus religioso, un detener propósitos humanos, virtuales de fe.
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