Artículo escrito por Lorena Imaz – Analista en Marketing – Coordinadora de Diseño y Marketing – Universidad Cristiana Logos
Muchas veces, encontramos que, para tener una buena redacción, necesitamos ser expertos en ciertos temas.
Déjame contarte que eso no es así.
Hoy, quiero ayudarte a mejorar, justamente en aquello que es una de nuestras mayores deficiencias: La redacción.
A lo largo de nuestras vidas, vamos a necesitar exponer nuestras ideas de manera clara, sencilla y directa. Ya sea desde una carta, un email comercial, una presentación de nuestro proyecto de estudio o una propuesta laboral.
O simplemente para mejorar nuestra manera de comunicar nuestras ideas mediante el texto.
Si redactar correctamente, no es una de tus cualidades destacables, me gustaría compartir contigo algunas hábitos sencillos, en las que personalmente he encontrado, cómo mejorar en ello.
1.Vuélvete un lector variado
Para mejorar tu redacción, comienza por leer. Lee de distintos temas y sobre varias cuestiones, en diversas formas de presentación, desde noticias, blogs, textos literarios, libros cristianos, reportajes y hasta post de las redes sociales.
Descubrirás con cada lectura, la riqueza de las distintas formas de estructuras.
2.Define el tipo de texto que quieres redactar
Piensa por un momento, ¿Qué vas a escribir? ¿Vas a redactar un informe laboral? ¿Es una carta de presentación? ¿Necesitas escribir un resumen de un libro?
Entonces luego, ordena tu idea en función de lo que necesitas trasmitir a través del texto.
3. Evita la repetición de palabras
Un texto escrito tiene más impacto cuando no tiene tantas repeticiones de las mismas palabras. Usar sinónimos es lo más recomendable, aún cuando se quiera enfatizar en una misma idea. A menudo recurro al diccionario, cuando tengo dudas en encontrar la palabra correcta para no recaer siempre en ella.
4. Todo dentro de su contexto
¿Cómo saber si lo que estoy escribiendo tiene sentido para ser contado? Utiliza ejemplos para darle sentido a la idea que quieres transmitir. Recuerda que, para la persona que estará leyendo, siempre es más fácil y comprensible, un ejemplo en concreto que una idea abstracta.
5. Lee nuevamente la redacción
Haz una lectura de repaso de lo que se has escrito. No solo servirá de beneficio para chequear errores ortográficos o de tipeo, sino para revisar que la idea que se desea trasmitir esté lo suficientemente clara.
¿Te ha pasado alguna vez, necesitas leer dos o hasta tres veces un texto, porque la redacción es tan compleja que no logras comprender la idea de primera?
Siempre es bueno dar una repaso antes de dar por finalizada la redacción.
¿Y tú, cuáles otros hábitos simples utilizas que mejorar en tu redacción? Coméntanos