Introducción
Los textos de argumentación son un género literario muy rico en presencia dentro de la Biblia. Digamos que por defecto, las epístolas son las que mayormente están consideradas las reinas de este género literario y, en efecto, lo son. De hecho, hasta podríamos hablar acerca del género literario epistolar. De los 27 libros del Nuevo Testamento, 22, es decir, el 81,5 % corresponden a las epístolas. Hanna (2011) dice:
“Casi toda la literatura de las epístolas se considera como argumentación, excepto cuando el autor relata acontecimientos. Por ejemplo, en Gálatas 1:13-2:14, Pablo relata acontecimientos importantes de su vida pasada para apoyar el argumento de que nadie es justificado por las obras de la ley. Aunque la carta a los Gálatas está escrita principalmente en prosa de argumentación, los acontecimientos expresados en 1:13-2:14 se expresan en forma narrativa” (pág. 241).
No obstante, existen muchos textos de argumentación dispersos en las Sagradas Escrituras.
Podemos encontrar textos de argumentación o discursivos en los textos narrativos, bajo la figura de discursos. Los autores narrativos de la Biblia suelen insertar discursos de diferentes dimensiones como parte de su composición literaria. Por ejemplo, el evangelista Mateo seleccionó cinco discursos de Jesús y los dispuso en forma de compendio en su versión del Evangelio(1). De igual forma, podemos encontrar textos de argumentación en algunos salmos, en la Ley de Moisés, en el libro de Proverbios, Eclesiastés y en oraciones, principalmente, en el Antiguo Testamento(2).
La interpretación bíblica de los textos argumentativos requiere, al igual que los otros géneros literarios presentes en la Biblia, principios hermenéuticos exclusivos para su sana exégesis.
Principios Hermenéuticos Requeridos
La interpretación bíblica de los textos de argumentación resulta muy interesante desde la perspectiva de la hermenéutica. Existen varios principios hermenéuticos claves para la interpretación bíblica de los textos de argumentación o discursivos.
Naturaleza de los Textos de Argumentación
Un aspecto hermenéutico que caracteriza a los textos de argumentación es que su naturaleza es prescriptiva o normativa. A diferencia de la literatura narrativa cuya naturaleza es descriptiva, los textos de argumentación ofrecen normas para la vida de fe. Esto significa que lo que se expresa en este género literario debe ser de riguroso cumplimiento por parte de los discípulos. Por ejemplo, cuando el apóstol Pedro dice: “Sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (Reina-Valera, 1960,1 Pedro 1:15), implica que esto debe llegar a ser una realidad en cada uno de nosotros por el carácter prescriptivo de este tipo de literatura.
La Línea Editorial del Autor
Por otra parte, los textos de argumentación necesariamente siguen el estudio general, la Macro Literatura, de cualquier otro libro de la Biblia en lo que respecta al Entorno Subyacente del Texto. Es preciso que usted determine la línea editorial del autor en su composición literaria a fin de tener una mejor interpretación bíblica del texto argumentativo que está estudiando.
La Ocasión en los Textos de Argumentación
Tanto para las cartas o epístolas del NNTT, así como también para los discursos insertados dentro de alguna narrativa, oraciones, entre otros, es de carácter imprescindible comprender la ocasión cuando se generó tal composición literaria o discurso para una acertada interpretación bíblica. La ocasión(3) en la que se genera la carta, epístola, discurso u oración que el autor narrativo inserta en su composición literaria, es de carácter trascendental comprenderla para lograr identificar el propósito literario del autor. Sin este elemento exegético será muy difícil ceñirse a una interpretación bíblica fiel al texto inspirado por Dios.
El Círculo Anverso y Reverso de la Hermenéutica
De igual forma, los textos de argumentación es necesario pasarlos por el Círculo Anverso y Reverso de la Hermenéutica para aplicar el proceso de Descontextualización y Recontextualización del texto(4) a fin de lograr una interpretación bíblica adecuada.
El Punto Diferencial en los Textos de Argumentación
Entonces, ¿Qué diferencia el estudio de los textos de argumentación de los otros géneros literarios para su interpretación bíblica? ¿Tiene algo en particular que amerita ser conocido con precisión? En efecto, ¡Sí! Se trata de la estructura del texto sujeto a investigación exegética. La estructura de los textos de argumentación es imprescindible poderla comprender. La razón fundamental de esto es que los autores de este género literario presentan tesis, propuestas de vida, que desarrollan con diferentes enfoques a fin de persuadir a su audiencia a incorporar a sus vidas las tesis o las propuestas de vida planteadas(5).
A continuación, explicaré este principio hermenéutico y técnica exegética que nos ayuda sobremanera a la interpretación bíblica de los textos de argumentación.
La Estructura del Texto y El Diagrama en Bloque
Para efectos de la comprensión de la estructura del Texto, es indispensable que el intérprete de la Biblia piense en función de los “párrafos” presentes en el texto. Un párrafo es un fragmento literario que contiene una idea principal desarrollada por oraciones principales y subordinadas asociadas a través de sus respectivos conectores subordinantes, y finaliza con el signo de puntuación: punto y aparte (.).
El análisis comprensivo de la estructura de un párrafo se basa en determinar con suma precisión las relaciones lingüísticas entre las diferentes oraciones principales y las subordinadas. Si erramos el antecedente lingüístico o palabra de la cual depende una oración subordinada, como por ejemplo, errar el antecedente lingüístico de un gerundio, o de un pronombre relativo o alguna conjunción subordinante, corremos el riesgo de tergiversar el mensaje del texto inspirado por Dios.
Cada párrafo de un texto debe ser considerado, en primer lugar, de forma aislada para realizar los análisis correspondientes al campo lingüístico que ocupa nuestra atención a los fines de comprender la estructura; y luego, en conjunto con el resto de los párrafos presentes en el texto con la finalidad de entender las conexiones entre ellos y, muy puntualmente, los aportes de cada párrafo a la idea central(6) que el autor presenta en un texto de su composición literaria que estamos estudiando.
Los párrafos son la clave hermenéutica de los textos de argumentación. En la medida que podamos entender su estructura y la sumatoria lingüística total entre los distintos párrafos, con toda certeza tendremos una buena interpretación bíblica de los textos de argumentación.
Para identificar la estructura de los textos de argumentación es imprescindible seguir una serie de principios lingüísticos que se aprecian de forma clara en una técnica exegética denominada Diagrama en Bloque.
El lenguaje, sobre todo en forma escrita, resulta muy evidente poder visualizar la estructura, por sencilla o compleja que esta sea. Y esto ocurre en cualquier idioma como veremos a continuación.
Figura 1
Diagrama en Bloque, Griego, (Nestle-Alan 28, Romanos 1:1-7)
Figura 2
Diagrama en Bloque, Castellano, (Reina-Valera, 1960, Romanos 1:1-7)
Figura 3
Diagrama en Bloque, Inglés, (King James Version, Romans 1:1-7)
Como se puede observar claramente, independientemente de la lengua, la estructura de este texto de Romanos 1:1-7 es exactamente la misma, porque sigue una serie de principios lingüísticos universales.
Elementos necesarios en la Comprensión de la Estructura
Ahora bien, para poder desarrollar la capacidad de comprensión de la estructura de un texto de argumentación, es necesario conocer tres elementos de la lengua en la que trabajamos la investigación del texto:
- Las categorías morfológicas de la lengua en la que estudiamos el texto.
- La sintaxis de la lengua, que tiene que ver con las relaciones de las diferentes categorías morfológicas dentro de una oración gramatical.
- Las relaciones lingüísticas entre las partes de las oraciones que conforman un párrafo.
Si desconocemos esto, se nos dificultará comprender con la exactitud deseada la estructura del texto en estudio. De allí la importancia de recibir formación en esta importante área de la interpretación bíblica de los textos de argumentación, a fin de poder desarrollar esta técnica tan necesaria para la comprensión de la estructura de los textos de argumentación. Si es en el idioma original, griego, por ejemplo, mejor aún.
Espero que en su condición de un acucioso estudioso de la Biblia que usted es, amable lector, pueda ser despertado a la realidad de profundizar en el quehacer exegético de los textos de argumentación por lo presentado en este artículo.
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Este artículo fue escrito por:
Jorge Eliécer Navarrete G.
Profesor de Ciencias Teológicas y estudiante del programa de Doctorado en Teología de UCL
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