El Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento: Observaciones Hermenéuticas – Parte I

El Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento: Observaciones Hermenéuticas – Parte I

Introducción

La Biblia es una unidad orgánica indisoluble. Esto se entiende desde la perspectiva progresiva de la revelación de Dios de sí mismo, la cual, en cada fase de la trama de la historia de la redención[i],  es completa y contextual hasta alcanzar su final con cielos nuevos y tierra nueva (Reina-Valera, 1960, Apocalipsis 21). Como unidad orgánica, la Biblia es una sola historia integrada que goza de continuidad. De esta forma, el Antiguo Testamento es explicado en el Nuevo Testamento, el Nuevo Testamento se logra entender a la luz  del Antiguo Testamento.

Con frecuencia, los autores del Nuevo Testamento aluden al Antiguo Testamento mediante citas que traen a colación en sus diferentes composiciones literarias[ii]. Su uso es de carácter autoritativo[iii]. Estas citas tienen múltiples formas y propósitos. No obstante, existen otras formas en las que los autores del Nuevo Testamento hacen presente al Antiguo Testamento, y no siempre son formas evidentes y obvias que, al ser identificadas por el lector e intérprete, es capaz de dar con hallazgos exegéticos de alta envergadura.

En este artículo haré una aproximación general al tema por razones de espacio del mismo. Asimismo,  serán menciones sucintas en algunos renglones ya que existe mucha literatura que hablan acerca de esos tópicos. No obstante, sí detallaré en aspectos exegéticos sobre la base de los marcos teóricos de la primera parte.

Citas del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento: Aspectos Generales

Los autores del Nuevo Testamento suelen citar el Antiguo Testamento de diversas formas, las cuales son fácilmente apreciables por el lector gracias a que las diferentes versiones de la Biblia  las resaltan con una letra superíndice y, en algunas versiones, las hacen evidentes con sangrías como observamos en la siguiente figura:

Figura 1

Reina-Valera, 1960, Hechos 2:14-21

Antiguo Testamento

Fuentes de las Citas Veterotestamentarias

El uso del Antiguo Testamento por parte de los autores del Nuevo Testamento, se encontraba inmerso en un contexto histórico multilingüe y multicultural, debido los cambios experimentados por las distintas dominaciones que sufrieron los judíos desde el 606 a.C. hasta el siglo I de la era cristiana. De allí que en el siglo I los judíos hablaban arameo, hebreo y griego koiné.

En vista de este panorama multilingüe y pluricultural convergente en el mundo del Nuevo Testamento, las citas que emplean los autores  fueron tomadas de fuentes como la Tanak[iv], es decir, el texto hebreo, la Septuaginta (LXX), la traducción al griego koiné del texto hebreo y de los  Tárgumes, que son traducciones del hebreo al arameo que circulaban al principio en forma oral principalmente en el periodo postexílico y luego fueron puestas por escrito. Un ejemplo de estos Tárgumes es el que se puede apreciar  en Nehemías 8, cuando Esdras leyó la Ley y los levitas entendidos en el hebreo y el arameo ponían sentido a lo que era leído por Esdras y el pueblo judío postexílico podía entender, y así asumir decisiones trascendentales como las que vemos en los capítulos 9 y 10 de Nehemías.

Tipos de Citas

Existen diferentes tipos de citas, cuyo uso es potestativo de cada autor del Nuevo Testamento según la redacción de su composición literaria. Estas citas pueden ser:

1. Directas. Entendemos por una cita directa aquella que el autor inserta mediante una fórmula introductoria.

Figura 2

Reina-Valera, 1960, Santiago 1:22, 23

AT

Esta fórmulas son variadas (Reina-Valera, 1960, Mateo 1: 22; 2:5; 2:15; 2:17; 2:23; 15:7; Hechos 2:16, 25; Romanos 3:4; 4:7; Hebreos 1:5; 1 Pedro 1:16)

2. Indirectas. Son citas que son insertadas sin ninguna fórmula introductoria (Santiago 1:10, 11, viene de Isaías 40: 6, 7).

3. La citas pueden ser completas o incompletas (Hechos 2.17-21, viene de Joel 2:28-32; Efesios 4:25, viene de Zacarías 8:16, respectivamente); pueden ser alusiones obvias o sutiles (Gálatas 3:16; Mateo 2:32, respectivamente); pueden ser compuestas entre varias fuentes (Hechos 1:20, viene de Sal 69:25 y 109:9; Romanos 3:10-18, viene de Salmos 14:1-3, Isaías 53:1-3; Salmos 5:9; Salmos 140:3; Salmos 10:7; Isaías 59:7, 8; Salmos 36:1).

4. Citas de cumplimiento. Son aquellas que se refieren a anunció proféticos cuyo cumplimiento se da en la realidad contextual del escritor y de su audiencia (Mateo 1:23; 2:6; 15:8, 9).

Propósitos de las Citas usadas por los autores del Nuevo Testamento

  1. Para argumentar sus tesis y perspectivas teológicas (Romanos 3.9-20;  25, 26; 10.11; 10.13; 15.9-12.).
  2. Para ilustrar sus afirmaciones utilizando figuras retóricas o ejemplos descriptivos de la narrativa (Mateo 2.18; Santiago 1.9-11; 5:11¸ 5:16-18).
  3. Para clarificar un evento situacional del momento en términos de cumplimiento escritural (Mateo 11. 10-14; Hechos 2.14-24; 15.15-18).
  4. Para certificar un cumplimiento profético (Mateo 15.7-9; 24.15; Lucas 4.18-21); con propósitos apologéticos que defienden la perspectiva de Jesús como Mesías (Hechos 2.29-39).
  5. Con un propósito parenético en la búsqueda de honrar a Dios con el comportamiento (Efesios 6.1, 2; 1 Pedro 1.13-16).

Otras Formas de la Presencia del AT en el NT

Los autores  del Nuevo Testamento a menudo traen a colación el Antiguo Testamento de formas no convencionales y tan obvias como sucede con las citas y sus diferentes formas ya comentadas.

Existe lo que podemos llamar “evocaciones textuales”, lo cual consiste en menciones que los autores hacen de conceptos teológicos, religiosos, eventos históricos, personajes, evocaciones éticas y morales a la Ley, entre otros que tienen sus raíces en el Antiguo Testamento.

Evocaciones Textuales Teológicas

Los autores del Nuevo Testamento tienen impregnado sus composiciones literarias de conceptos teológicos provenientes del Antiguo Testamento. Muchas veces, con tan solo mencionar una palabra, ya trasladan a su audiencia a una corriente teológica. Existen muchísimos ejemplos acerca de esto; pero me limitaré a mencionar unos pocos a modo de referencia.

Por ejemplo, cuando Jesús dijo: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado”, un judío que tenía en su mente y corazón la expectativa acerca de El Mesías y su reino, inmediatamente le vendría a su memoria todo lo que el Antiguo Testamento tiene registrado al respecto, comenzando por el pacto de Dios con David (2 Samuel 7), el sueño que Dios le dio a Nabucodonosor y la interpretación del mismo por parte de Daniel (Daniel 2), la visión de las 70  semanas de Daniel y su correspondencia con el sueño de Nabucodonosor en la línea del tiempo (Daniel 9). En fin, toda una reconstrucción teológica  llegaría a su mente en ese momento, con la certera conclusión de decir: “Este hombre, Jesús de Nazaret, es el Mesías esperado”.

Otro ejemplo son los pobres y los beneficios que el reino de Dios les otorga. Cuando un judío del momento de El Mesías oyó la bienaventuranza acerca de los pobres (Mateo 5.2, Lucas 6.20), sin duda, sin duda vino a su mente toda la legislación en su código humanitario del  Antiguo Testamento acerca de los pobres como principios de protección o prevención social de parte de Dios (son cuantiosas estas prevenciones).

Un tercer ejemplo es la circuncisión. Cuando Pablo menciona este “concepto teológico judío” en Colosenses 2.11, no está haciendo una cita directa al AT; pero, todo judío de la comunidad mixta de fieles de la ciudad de Colosas, al leer esta afirmación de Pablo, sin duda rememoraría pasajes como Génesis 17, Deuteronomio 10.16, por ejemplo.

Un último ejemplo, por este artículo,  lo encontramos en Efesios 2.11-13 cuando Pablo hace referencia a los Pactos de la Promesa. Esto evoca, aproximadamente, 1.500 años  de teología acerca de la historia de la redención, lo cual sería materia de un artículo aparte de dos entregas consecutivas.

Evocaciones de Eventos Históricos

A veces los autores del Nuevo Testamento mencionan historias a modo de enunciados generales con la intención de resumir las mismas y presentar alguna enseñanza ética para su audiencia primigenia y, en consecuencia, para los lectores de todos los tiempos.

Veamos un ejemplo en 1 a los Corintios 10.

1 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto”.

Pablo está haciendo una mención sucinta que resume cuarenta años de divagación de Israel  por el desierto para luego llegar a su punto medular, el cual es exhortara los corintios con respecto a la idolatría, la fornicación y la murmuración  (1 Corintios 10:6-22) aunque finalmente, enfatiza la idolatría (1 Corintios 10:14).

Cuando el Señor Jesús estaba enseñando acerca de su segunda venida en Mateo 24, hace una mención fugaz acerca de “los días de Noé” en el verso 37 y 38, para indicar cómo sería el comportamiento social del ser humano en el contexto de su regreso a la tierra  con carácter de juicio inminente. Esta mención fugaz es toda una evocación a un evento histórico que marcó el fin de la primera población de la tierra, y marcó el inicio de la repoblación y nueva perspectiva ética de la humanidad sobre la tierra. Pero, ni Jesús ni el evangelista, profundizan en el esto; sin embargo, los oyentes de este discurso en el contexto histórico de Jesús y la audiencia primigenia de Mateo, sin duda sí lo hicieron. De hecho, si quisiéramos enseñar en nuestros días  acerca de la segunda venida de nuestro Señor, indefectiblemente, tendríamos que hurgar en esta historia  para realizar un proceso exegético sano y contextual con la historia de la redención.

Evocación de Personajes

En ciertas ocasiones, los autores del Nuevo Testamento traen a colación un personaje emblemático del Antiguo Testamento y tal mención dispara en la mente  del lector toda la historia de ese personaje. Estas alusiones expresas de personajes los autores del Nuevo Testamento lo hacen con el propósito de aportar una lección a partir del mismo.

Un ejemplo clásico es Santiago cuando alude a Job en 5:11 para animar a su audiencia a  sentirse bienaventurados por el sufrimiento que experimentaban producto de la persecución religiosa y política (cf. Santiago 1:1). El lector al leer el nombre de Job, sin duda recordará todo su sufrimiento y se inspirará en medio de situaciones adversas que pueda estar atravesando.

En este mismo capítulo 5, Santiago trae a colación a Elías, y realiza un resumen breve de una parte de la historia de su ministerio en Israel para animar a sus lectores a desarrollar pasión por l oración a pesar de nuestras debilidades humanas (Santiago 5:17, 18, viene de 1 Reyes 17).

Evocaciones éticas y morales a la Ley

Jesús tuvo muchas controversias con la élite religiosa de su momento histórico. Unos de los focos de discrepancia era el quebrantamiento de la Ley de Moisés por causa de la observancia de las Tradiciones de los Ancianos, tipificadas por Jesús como mandamientos de hombre con base a una profecía de Isaías (Mateo 15:8, 9).

En la controversia que leemos en Mateo 15:1-20, Jesús confronta a la élite religiosa porque ellos quebrantaban con su interpretación sesgada el mandamiento “Honra a tu padre y a tu madre” (Mateo 15:4, viene de Éxodo 20:12). En cuanto a este mandamiento, Jesús hace una mención expresa. No obstante, en la explicación que él les ofrece a sus discípulos a partir de una parábola que había referido a la multitud para explicar lo que realmente sí contamina al hombre (Mateo 15:10, 11), les dice que lo que sale del corazón es lo que en realidad contamina al hombre (Mateo 15:18). Luego, al especificar los ejemplos de las acciones pecaminosas que salen del corazón, las cuales son las que  contaminan al ser humano (Mateo 15:19) hace una referencia sustancial al resto de los mandamientos que quebrantan la expresión del amor al prójimo (cf. Mateo 22:34-40).

Observe. Malos pensamientos[v], falsos testimonios y blasfemias, estás asociados al mandamiento “No hablarán contra tu prójimo falso testimonio” (Éxodo 20:16). La referencia a los homicidios está asociada al mandamiento “No matarás” (Éxodo 20:13). Los adulterios están asociados al mandamiento “No cometerás adulterio” (Éxodo 20:14). La alusión a los hurtos está vinculada al mandamiento “No hurtarás” (Éxodo 20:15). Y la mención de las fornicaciones, por la teología que Jesús manejaba acerca del corazón como epicentro del pecado del ser humano (cf. Mateo 5:    ), está asociado a los mandamientos “No cometerás adulterio” y “No codiciarás a la mujer de tu prójimo” (Éxodo 20:14, 17).

Dentro de este mismo renglón, es preciso mencionar la alusión del código moral de la Ley de Moisés en forma comprimida:

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Este es el primero y grande mandamiento.  Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.  De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Reina-Valera, 1960 Mateo 22:37-40)

Pablo y Santiago hacen la misma referencia, pero solo enfocados en la segunda parte de la respuesta dada por Jesús (Romanos 13:9 y Gálatas 5:14; Santiago 2:8, respectivamente).

En estas evocaciones éticas y morales a la Ley de Moisés se encierran grandes contenidos del Antiguo Testamento que tienen repercusión en la teología de los autores del Nuevo Testamento.

 

En esta primera entrega de este artículo, me he ocupado de aspectos generales acerca del uso del Antiguo Testamento por parte de los autores del Nuevo Testamento. Por razón de límites en este tipo de artículos, es necesario hacer una pausa.
Le ánimo, apreciado lector, a que esté pendiente de la segunda entrega de este artículo, en la cual haré énfasis en la parte hermenéutica del uso del Antiguo Testamento por parte de los autores del Nuevo Testamento.

 

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Este artículo fue escrito por:
Jorge Eliécer Navarrete G.
Profesor de Ciencias Teológicas y estudiante del programa de Doctorado en Teología de UCL

 


[i] La Biblia es principalmente un libro de historia a pesar  de múltiples géneros literarios que están presentes en el texto bíblico. Desde esta perspectiva, al igual que todo evento presente en la literatura narrativa bíblica, la Biblia tiene su propia trama: Inicio, Génesis 1-11; Desarrollo, Génesis 12 a Malaquías 4; Clímax, las versiones del Evangelio; Resolución, Hechos, Epístolas y Apocalipsis. La auto revelación de Dios a través de distintos actos: originarios, de palabra, redentores  y la encarnación en la persona de Jesucristo, registrada en los distintos corpus literarios propios de cada fase, es completa y contextual con sentido propio para cada generación.

[ii] Todos los libros del Nuevo Testamento hacen citas del Antiguo Testamento, excepto, la carta a Filemón y 2 y 3 de Juan. De resto, todos los libros del Nuevo Testamento aluden al Antiguo Testamento con alguna u otra forma de citas.

[iii] Los autores del Nuevo Testamento consideraban al Antiguo Testamento como una fuente autoritativa de la fe en Dios. Por esta causa, cada palabra traída desde esta fuente en cualquiera de sus versiones tenía un peso trascendental en ellos y en su audiencia.

[iv] Tanak es el acrónimo técnico para referirse al texto hebreo de acuerdo a su división a modo de compendio literario: La Torá (Ley Mosaica), Los Neb´bim (Profetas) y Los Ketubim (Escritos).

[v] Los pensamientos preceden a la articulación de la palabra. De allí que se pueden asociar estas acciones pecaminosas.

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