Apocalipsis 3:1-5

Apocalipsis 3:1-5

Este comentario al pasaje citado arriba está motivado por las dudas que sugiere el vers. 5, acerca de la seguridad inmutable de la salvación.

  1. Escribe al ángel de la iglesia en Sardis; El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
  2. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
  3. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre tí como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre tí.
  4. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras, y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.
  5. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de los ángeles.
  6. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

La clave está en el vers. 1, «Yo conozco… que tienes nombre de que vives»; y el veredicto del Señor: «pero estás muerto»

La razón para que haya vida se nos describe en los vers. 3 y 4, «El arrepentimiento y la fe» Lo cual hallamos en las Escrituras desde el princi­pio al fin.

Mas en contraposición a los que dicen estar vivos… y no lo están, el vers. 4 nos muestra que había en la iglesia «unas pocas personas» las cuales han obedecido al mandato del arrepenti­miento y la fe.  Seguramente que los que decían estar «vivos» las conocían, y quizás querrían ser como ellas… mas sin dejar el pecado.

Dios es misericordioso en gran manera, y lanza un reto en el vers. 5 a los que dicen «estar vivos» y están muertos.  Pienso que, tomando las propias palabras de ellos, pues coinciden con el deseo de Su corazón por los perdidos: «y no borraré su nombre del libro de la vida».

Ellos decían: «Somos salvos, nuestros nombres están escritos en el libro de la vida» ¡pero no era cierto! Y Dios les dice: Si os arrepentís y aceptáis por fe a mi Hijo, haré como decís: Vuestros nombres estarán escritos en el libro de la vida, y no serán borrados»

¡Bendito sea Dios que no deja de llamar al pecador en los tiempos y ocasiones oportunas!

Así que una vez más en este mensaje a las iglesias, Dios busca abrir los ojos de los que están en ellas, pero aun NO SON SALVOS, y creen el engaño del diablo de que podrán estar en el Cielo con vestiduras de pecado.

 

Referencias Bibliográficas

  1. Feliciano Briones Cursos Bíblicos Apartados 2.459 28080 MADRID
  2. correo: cursosbiblicos2000@yahoo.es
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