Los 10 mandamientos (o los Mandamientos) son La Ley de Dios y nadie puede agradar a Dios tratando de cumplirlos ¡porque no los cumple nadie! Si no fallamos en uno hoy, fallamos en otro mañana, y como dice Santiago 2:10, al fallar en uno nos hacemos culpables de todos.
«Porque cualquiera que guardare toda la Ley (los mandamientos) pero ofendiera en un punto, se hace culpable de todos.»
Así que todos los que tratan de portarse bien cumpliendo los Mandamientos, viven bajo una maldición, porque la Ley de Dios dice que es maldito todo el que no la cumple completamente (Gálatas 3:10)
«Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.»
¿Qué sucede entonces? ¿Es mala la Ley? ¿Son malos los Mandamientos? ¿Es malo tratar de cumplirlos? ¡NO!
«La Ley de Dios es santa y justa y buena».
(Romanos 7:12) Pero ¡YO soy malo! ¡Todos lo somos! y no logramos cumplir lo que Dios pide en su Ley.
¿Qué esperanza hay para nosotros entonces? Nuestra esperanza es Cristo quien murió por nosotros en una cruz para pagar todas nuestras deudas: «Cristo en vosotros, la esperanza de Gloria» (Colosenses 1:27) Cristo sufrió en aquella cruz nuestra maldición para librarnos del castigo que merecíamos por nuestros pecados. (Gálatas 3:13)
«Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»
¡Esto es el evangelio! ¡Esto son buenas noticias!
Si lo crees de corazón y le pides a Jesús perdón y salvación, El te lo dará y también una Nueva Vida en el Espíritu Santo.
Y es en esa Nueva Vida y en ese Espíritu Santo que hay poder y recursos para agradar a Dios.
Referencias Bibliográficas
- Feliciano Briones Cursos Bíblicos Apartados 2.459 28080 MADRID
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