Fundamentos Teológicos: Qué Creemos

Fundamentos Teológicos: Qué Creemos

En el corazón de la fe cristiana se encuentran los fundamentos teológicos que dan forma a nuestra comprensión de Dios, la humanidad y el propósito de la vida. Estos fundamentos no solo nos unen como comunidad de creyentes, sino que también nos proporcionan una base sólida sobre la cual construimos nuestras vidas espirituales y prácticas. Hoy, nos dedicaremos a algunas de estas creencias centrales, apoyándonos en versículos bíblicos que fundamentan nuestra fe y que también están íntimamente relacionados con el campo de la consejería.

La Doctrina de Dios

La base de nuestra teología comienza con nuestra creencia en Dios, un ser eterno y todopoderoso que es el creador y sustentador de todas las cosas. La Biblia nos presenta a Dios como una Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

  • Dios Padre: Dios el Padre es el creador de todo lo que existe. En el libro de Génesis, leemos: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra» (Génesis 1:1, Reina-Valera 1960). Este versículo establece la soberanía de Dios sobre toda la creación y su poder sin límites.
  • Dios Hijo: Jesucristo, el Hijo de Dios, es central en nuestra fe. Él es el Redentor y Salvador de la humanidad. Juan 3:16 destaca este amor redentor: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16, Reina-Valera 1960). La vida, muerte y resurrección de Jesús son el fundamento de nuestra salvación.
  • Dios Espíritu Santo:  El Espíritu Santo es el consolador y guía que Dios ha enviado para habitar en nosotros. Jesús prometió a sus discípulos: «Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad» (Juan 16:13, Reina-Valera 1960). El Espíritu Santo nos capacita, nos consuela y nos guía en nuestra vida diaria.

La Naturaleza Humana

La teología cristiana también aborda la naturaleza humana y nuestro propósito. Según las Escrituras, los seres humanos fueron creados a imagen de Dios: «Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (Génesis 1:27, Reina-Valera 1960). Esta afirmación subraya la dignidad y el valor inherente de cada persona. Pero esta naturaleza está sujeta a las consecuencias de no haber cumplido de manera cabal el propósito de Dios para la humanidad. 

  • El Pecado y sus Consecuencias:  la Biblia también nos enseña que todos hemos pecado y estamos separados de la gloria de Dios: «Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3:23, Reina-Valera 1960). Esta separación no solo afecta nuestra relación con Dios, sino que también ha traído consigo enfermedades y dolencias físicas, emocionales y espirituales. Isaías 53:4 dice: «Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido» (Isaías 53:4, Reina-Valera 1960). Este versículo destaca que, aunque el pecado ha introducido el sufrimiento y la enfermedad, así cómo las dolencias o “dolores del alma», que tanto aquejan al mundo actual. Ante todo esto: Jesucristo ha provisto la respuesta a través de su sacrificio en la cruz.
  • La Redención y Restauración: La obra redentora de Jesucristo no solo nos ofrece perdón de nuestros pecados, sino también restauración de nuestras dolencias. La cruz de Cristo es el lugar donde encontramos sanidad integral, tanto para el alma como para el cuerpo. En Mateo 11:28, Jesús invita: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28, Reina-Valera 1960). Esta promesa de descanso y restauración es central en la consejería cristiana, donde buscamos ayudar a las personas a encontrar sanidad y plenitud en Cristo.

La Iglesia

La Iglesia, el cuerpo de Cristo, es una comunidad de creyentes llamada a vivir en comunión, adoración y servicio. En Efesios 4:4-6, Pablo escribe: «Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos» (Efesios 4:4-6, Reina-Valera 1960). La Iglesia es un reflejo de la unidad y diversidad en Cristo.

  • La Misión de la Iglesia: La misión de la Iglesia es “hacer discípulos de todas las naciones, bautizándolos y enseñándoles a obedecer todo lo que Jesús nos ha mandado” (Mateo 28:19-20, Reina-Valera 1960). Esto implica un compromiso con el evangelismo, la enseñanza y el servicio, así como con el cuidado de las necesidades emocionales y espirituales de los creyentes.

La Esperanza Futura

Más allá de todos los fundamentos de la “escatología” o doctrina de los últimos tiempos en sus aspectos particulares; finalmente, nuestra teología cristiana apunta a una esperanza futura. Por eso creemos y proclamamos en la segunda venida de Cristo y en la vida eterna. Jesús prometió: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros» (Juan 14:2, Reina-Valera 1960). Esta promesa nos da esperanza y motivación para vivir una vida de fe y obediencia.

Conclusión

Los fundamentos teológicos que hemos mencionado, son solo una parte de la rica herencia de la fe cristiana. Estos principios nos proporcionan una guía y un propósito, alentándonos a vivir vidas que honren a Dios y sirvan a los demás. Como cristianos, estamos llamados a profundizar en nuestra comprensión de estos fundamentos y a aplicarlos en nuestra vida diaria, especialmente en el ámbito de la consejería y la psicología cristiana, donde podemos ser instrumentos de sanidad y restauración para otros.

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Por María del Pilar Salazar

Decana Académica 

Univ. Logos

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