El ministerio de consejería es uno de los más vitales dentro de la iglesia, pues involucra el apoyo y la guía a aquellos que atraviesan momentos difíciles. Ya sea en situaciones de pérdida, crisis marital, problemas emocionales o luchas espirituales, un consejero cristiano está llamado a ser un canal de la sabiduría de Dios. La necesidad de capacitación en este campo es urgente, ya que la vida de aquellos a quienes servimos depende de la sabiduría, compasión y entendimiento que ofrecemos. El 2025 puede ser tu año para comenzar este camino de formación, ¡y es ahora el momento para dar ese primer paso!
La Biblia nos enseña acerca de la importancia de la sabiduría y el conocimiento, principios fundamentales para la consejería cristiana. Proverbios 1:7 nos dice: «El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza» (RV1960). Para ser un consejero efectivo, primero debemos entender que toda verdadera sabiduría proviene de Dios. La capacitación en consejería no es solo sobre técnicas psicológicas, sino más bien sobre aplicar los principios divinos a las vidas de las personas que buscan dirección.
La importancia de la capacitación en consejería
En un mundo que se enfrenta a desafíos emocionales y espirituales cada vez más complejos, el consejero cristiano debe estar preparado para ofrecer una orientación sólida basada en la Biblia. La capacitación adecuada no solo mejora nuestras habilidades de escucha, sino que también nos capacita para reconocer las diversas situaciones en las que las personas pueden estar atrapadas. La Escritura nos llama a ser «sabios para salvar» (Proverbios 11:30), y esto requiere una formación continua.
Uno de los mayores obstáculos para aquellos que consideran entrar al campo de la consejería es la falta de confianza en sus capacidades. Muchos piensan que no tienen lo que se necesita para ayudar a los demás. Pero la Biblia nos recuerda que Dios nos ha dado dones y habilidades para edificar Su iglesia. 2 Corintios 3:5-6 dice: «No que seamos competentes por nosotros mismos, para pensar algo como de nosotros mismos; sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual también nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto…» (RV1960). Si Dios te ha llamado a ser consejero, Él mismo te equipará con las herramientas necesarias para llevar a cabo esta labor.
¿Por qué este es el año para empezar?
El inicio de un nuevo año es el momento perfecto para comenzar una nueva etapa en tu vida, un paso hacia la capacitación en consejería. ¿Por qué esperar más? Los desafíos no cesan, las personas siguen buscando respuestas y soluciones a sus problemas. Al comenzar este año con un enfoque renovado hacia la formación en consejería, estarás mejor preparado para servir y ayudar a otros de manera más efectiva.
En Efesios 4:12-13 se dice: “A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (RV1960). La capacitación no solo fortalece nuestras habilidades, sino que nos prepara para la obra del ministerio y para ayudar en el proceso de edificación espiritual. Al aprender, no solo te beneficias tú, sino que también puedes ayudar a otros a crecer en su fe.
La capacitación en consejería, entonces, es una inversión que no solo transforma tu vida, sino que también tiene un impacto directo en la vida de aquellos a quienes sirves. Tu preparación y desarrollo personal contribuirán a una iglesia más saludable, con miembros que reciben la ayuda adecuada para superar las dificultades que enfrentan.
Habilidades esenciales para un consejero cristiano
Ser un buen consejero no se basa únicamente en tener respuestas rápidas o una vasta base de conocimientos. Las habilidades interpersonales, el entendimiento profundo de las Escrituras y la sensibilidad al Espíritu Santo son cruciales. La Biblia resalta que debemos ser “prontos para oír, tardos para hablar, tardos para airarnos” (Santiago 1:19, RV1960). El primer paso en la consejería es la escucha activa. Un consejero debe ser capaz de escuchar sin juzgar, mostrando compasión y empatía.
El segundo aspecto importante es tener un entendimiento bíblico sólido. La Palabra de Dios es la herramienta más poderosa para la sanidad emocional y espiritual. Jesús mismo, al enfrentarse a las tentaciones en el desierto, utilizó las Escrituras como su principal defensa (Mateo 4:4). El consejo sabio que proviene de la Biblia tiene un poder transformador y ofrece soluciones duraderas a los problemas de la vida.
Otro principio clave es la sensibilidad al Espíritu Santo. En Romanos 8:26-27 se nos enseña: «Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles». A través de la guía del Espíritu Santo, el consejero cristiano puede discernir lo que se necesita en cada situación y ser sensible a la dirección de Dios. Esto no se aprende en libros, sino a través de la práctica diaria de vivir bajo la dirección del Espíritu.
La práctica y la experiencia
Una de las maneras más efectivas de aprender sobre consejería es practicando. Comienza por involucrarte en el ministerio de tu iglesia, ya sea ayudando en grupos pequeños, ofreciendo apoyo a aquellos que atraviesan tiempos difíciles o participando en programas de consejería. La capacitación teórica es importante, pero la experiencia te enseñará mucho más.
A medida que avances en tu capacitación, es fundamental buscar un mentor o un supervisor que pueda brindarte consejos prácticos y orientación. Un mentor con experiencia puede ofrecerte perspectiva y ayudarte a identificar áreas de mejora.
El poder de la oración en la consejería
Finalmente, uno de los pilares más importantes para el consejero cristiano es la oración. Jesús oraba constantemente antes de tomar decisiones importantes (Lucas 6:12), y como sus seguidores, debemos hacer lo mismo. La oración no sólo nos conecta con Dios, sino que también nos da sabiduría y discernimiento para ofrecer el consejo correcto.
En Santiago 1:5 leemos: «Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada». Esta promesa nos asegura que si pedimos sabiduría, Dios nos la dará. Es fundamental que un consejero cristiano mantenga una vida de oración constante, buscando siempre la dirección de Dios.
Conclusión
Este año, 2025, es una oportunidad perfecta para comenzar tu camino hacia la capacitación en consejería. La necesidad de consejeros preparados y sabios nunca ha sido tan grande, y tú puedes ser parte de la solución. A través de la capacitación, la práctica y, sobre todo, la dependencia de Dios, puedes ser un instrumento valioso para ayudar a otros a encontrar esperanza, restauración y sanidad. Recuerda que Dios te ha llamado a ser un ministro de Su paz, y Él te equipará para esta labor tan importante.
Como dice Proverbios 3:5-6: «Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia; reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas» (RV1960). Este es el camino hacia una capacitación efectiva: confiar en Dios en cada paso y saber que Él te guiará. ¡Tu año para aprender y crecer en consejería ha llegado!
Te esperamos en la Universidad Cristiana Logos, dónde el mundo es nuestro salón de clases.
Por María del Pilar Salazar
Decana Académica
Univ. Logos
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